Mañana soleada en Lezama, el ambiente perfecto para disputar el encuentro entre las leonas y unas renacidas pericas, que bajo la batuta de Jaspe se van acercando al objetivo de la salvación, algo que se antojaba difícil hace apenas unas semanas de competición.
Bien es cierto que en este partido se encomendaron a la gran actuación de Mimi. La meta perica desbarató una y otra vez las ocasiones bilbaínas, llegando a desesperar incluso a la grada con sus intervenciones. El equipo local quería mantener como fuese la creencia de que en Lezama no sale victorioso cualquiera. Sin embargo, el Espanyol llegaba consciente de que podía ser una jornada para aprovechar y despegarse de los puestos. Quizás por ello, en los primeros cuarenta y cinco minutos, se aferraron a esa lucha a la que se han conjurado todas sus jugadoras y acudían a cualquier balón en disputa. Todo para evitar que las bilbaínas pudieren desplegar su juego y llegar en condiciones claras de marcar frente a Mimi.
A pesar de ese empeño el primer acto fue claramente rojiblanco, no solo por el dominio casi absoluto del balón mostrado por las pupilas de Agirre, sino especialmente por las diferentes ocasiones en las que se aproximaron frente al marco de Mimi. En ocasiones las excelentes intervenciones de la cancerbera perica a disparos de Damaris, Lucía y Leia, y en otras la falta de acierto en los metros finales por parte de la misma Lucía, Leia y Gimbert llevaron al descanso con el electrónico sin moverse, si bien con la sensación de que las locales habían desaprovechado una gran oportunidad para dejar sentenciado el envite ya en ese primer tiempo, especialmente por la ocasión malograda por Leia al segundo palo, a centro medido de Lucía, que no lograba empalar con suficiente fuerza ni dirección como para acabar esa gran jugada con el premio del gol. Por parte perica tan solo una aproximación a destacar, y precisamente antes del silbato de la colegiada mandando a vestuarios, en un remate de cabeza ligeramente desviado de Elba.
Y como se dice en el futbol, quien perdona acaba pagando en ocasiones las consecuencias. Y ello a pesar que el inicio del segundo tiempo nada hacía presagiar un cambio de guion como el que estaba a punto de acontecer. Las locales salieron con el mismo ímpetu y convicción de sus posibilidades y nuevamente concretaron el dominio en ocasiones frente al marco de Mimi, si bien con el mismo resultado que en la primera parte, y es que las intervenciones de la meta visitantes desesperaban a propios y extraños, no permitiendo albergar esperanza alguna de poder superar a la cancerbera perica. Y el cambio de guion llegó quizás de la forma más inesperada, pero de la forma más bella. Torrodà, pese a su juventud, cogió los galones y de paso el balón en una falta a las derecha del marco local, y con un excelente disparo quitó las telarañas del marco de Andere, disparando la alegría perica que se veía por delante en el marcador en el primer disparo serio entre los tres palos.
A partir de ahí empezaron las prisas de la locales, quienes se veían injustamente por detrás en el marcador, queriendo ponerle remedio más con el corazón que con la cabeza. Las prisas se adueñaron de las jugadoras bilbaínas quienes querían equilibrar el marcador lo antes posible y bien es cierto que mediante Damaris y especialmente en un remate de Marta Unzué estuvieron a punto de conseguir ese premio merecido que se les resistía, pero una inconmensurable Mimi seguía en el empeño de dejar su marco a cero y ayudar decisivamente en el esfuerzo defensivo y de contención preparado por Jaspe. Las largas posesiones pericas pretendían dormir el partido, esperando que el empeño de las leonas, con el paso de los minutos y ante la desesperación de las locales de no superar a la cancerbera perica, se fuera disipando, y con ello las ansias del empate. Pero Lezama es Lezama y las leonas tienen un gran respeto por su feudo, lo cual hizo que no bajasen los brazos en ningún momento, ni siquiera cuando en una jugada aislada, nuevamente la delantera Eli, que siempre aparece cuando el Espanyol la necesita, conseguía hacer subir el segundo tanto españolista al electrónico, de forma casi inverosímil y cuando parecía que no tenía siquiera espacio por donde hacer pasar el balón entre el palo y las piernas de la defensa bilbaína. La delantera lleva cuatro partidos seguidos marcando, los mismos partidos que el Espanyol estaba a punto de conseguir saldar sin perder.
Los minutos finales iban a suponer el último asedio bilbaíno a la portería visitante y, en una nueva jugada por banda, el centro era introducido en el marco perico entre la defensa visitante, Paloma, y la recién incorporada Marta Perea, permitiendo que en el añadido las pericas tuvieran que seguir con el mono de trabajo para evitar las acometidas locales, mientras que las leonas quemaron sus ultimas opciones de conseguir salvar un punto, si bien sin obtener ningún premio a todo el esfuerzo y a pesar de la cantidad de ocasiones de gol generadas.
Con esta derrota, las leonas ponen en peligro su lugar en la clasificación, muy cómoda hasta las últimas jornadas, pero en estos momentos amenazada por la Real y por el Granadilla que sumaron sendas victorias en esta jornada, por lo que adquiere mayor importancia el próximo partido en Lezama frente al Levante el fin de semana que viene. Del otro lado, las pericas ven alejarse casi definitivamente las posiciones de descenso, y por tanto más cerca la jornada en la que matemáticamente puedan asegurar su permanencia en la Liga Iberdrola, si bien alejadas del Valencia que las precede en la clasificación, y esperando seguir con esta buena racha en el próximo encuentro frente a la Real Sociedad en su feudo.
Ficha técnica
Ath. Bilbao: Andere, Moraza, Gimbert, Ainhoa A. (Cirauqui 62’), Eunate, Marta Unzue, Damaris, Nekane (Marta Perea 84’), Leia (Azkona 69’), Lucia y Erika.
RCD Espanyol: Mimi, Berta, Inés, Dulce, Elba, Baudet (Llompart 69’), Torrodà, Ainhoa Marin (Leti 55’), Katherine (Paloma 83’), Paula Moreno (Julve 63’) i Eli del Estal.
Goles: 0-1 Torrodà 56’, 0-2 Eli del Estal 85’, 1-2 Paloma pp 90’.
Colegiada: Cebollada López
Autor: Enric Solé Altarriba
Fotografía: