El campeonato que viene realizando el Eibar se puede considerar más que aceptable, por el momento están asentadas por la zona templada de la clasificación, lo que les permite afrontar los partidos con la serenidad que provoca no oler el azufre de la zona baja. También por supuesto, les consolida la confianza en el juego desarrollado y el aseveración de que las cosas se están haciendo bien.
El Atleti regresaba al verde tras el varapalo del Levante, no solo hubo movimiento sísmico en Granada, el jueves también lo hubo en territorio colchonero. Un equipo que persevera en la búsqueda de la identidad perdida. A ráfagas lo consigue, tan solo por momentos el recuerdo es continuidad. La realidad es que el Atlético de Madrid es un conjunto descompensado donde el centro del campo sufre de un modo atenuante. Cierto es que la lacra de las lesiones se está cebando con las jugadoras de la orilla del Manzanares, esto se nota y mucho. Sánchez Vera por ese lado tiene trabajo que hacer, el convencimiento de la hinchada rojiblanca es que si alguien puede conseguirlo, sin duda es él.
La mañana coloreó de gris la bóveda del Centro Deportivo Wanda de Alcalá de Henares, los rayos de sol tan solo se mostraban para ser añorados. Las protagonistas del lance saltaron a la cancha con las ideas muy claras. El plan estaba claro. Las cartas boca arriba y sin intención de engañar al contrario. El Eibar cerrado atrás, esperando y ahogando las iniciativas contrarias. Intensas y contundentes evitaban que el balón estuviera demasiado cerca de la línea del área, mantenerlo lejos era sinónimo de seguridad. El Atleti atesorando la pelota, moviendo y tratándola como un tesoro aunque sin encontrar pasillos por donde crear amenaza e inconsistencia en la defensa. Perdón queridos lectores de Reinas del Balón olvidé mencionar algo importante, muy importante en el once del norte, la velocidad de Kgatlana. En ella confiaron las opciones de ataque y no fue una esperanza vana y carente de consistencia. Balón en profundidad para la delantera que lucha con Tounkara. La defensora se muestra débil y sin fundamento. Kgatlana vence el combate y una vez dentro del área patea al fondo de las redes. Por un momento las casacas blancas se transformaron en azulgranas y nos trasladamos al jueves por la noche. Viaje en el espacio tiempo por el precio de una entrada. Llegados a este punto hay que ser justos, Tounkara no está bien. Algo le pasa a la central, me arriesgo a decir que no es físico sino más bien psicológico. No es normal. La francesa ha dado muestras de un nivel excelente a lo largo de su carrera en el Atleti. Lo de estos días es anormal. Trabajo extra para Sánchez Vera, recuperar la mejor versión de Tounkara.
El gol abría la posibilidad de dos caminos diferentes, por un lado el asentamiento en el plan visitante; por otro la reacción, o no, de las locales. El Atleti fue creciendo, poco a poco eso sí. No fue el estirón de la adolescencia. Comenzó a mover el balón por la banda derecha encontrado vías que conducían hacia Noelia. De a poquitos las triangulaciones se hicieron fluidas, los pasillos aparecieron y la luz se vio al final del túnel. La luz y Lud, el juego de palabras no es excelso, lo sé, pero sí lo fue la jugada ofensiva que concluyó con el tanto de Ludmila. Quedaban diez minutos y la sensación era que se podía voltear el marcador. El color rojiblanco se imponía incluso sobre el gris del cielo. El gol se tocaba con la punta de los dedos. Pero no llegó, y es que los jugadoras del Eibar también tenían algo que decir en el guion de la matinal. Nos fuimos al vestuario con el empate a uno.
Vuelta al pasto con el mismo horizonte, el Atleti recordaba los caminos por donde había que transitar para alcanzar el premio. Sánchez Vera retocó el esquema, dio descanso a Tounkara, puso a jugar a Strom y situó a Claudia por delante de la defensa. Así, en plena ebullición del dominio local, Deyna al fondo de un pase largo cobra la merecida ventaja. De aquí al final, toda una travesía por recorrer, se preveía que las rojiblancas consolidaran con más goles el excelente momento por el que atravesaban. Por fases pareció inevitable que el tercer tanto subiera al marcador. No se dio, contribuyó a ello, y de qué manera, Noelia con varias paradas de muchísimos quilates. Por su lado el Eibar, empujo cuando pudo para tratar de nivelar y compartir cuando menos un punto con el rival. La estrechez del luminoso ponía más emoción que el peligro real que la ofensiva visitante desplegaba.
A la conclusión el dos a uno se hizo poderoso en el marcador. Tres puntos que son un bálsamo para el Atlético de Madrid en una victoria muy trabajada.
FICHA TÉCNICA
Atlético de Madrid: Lindahl, Guagni, Tounkara (Strom 45´), Aleixandri, Van Dongen, Claudia, Meseguer, Amanda (Knaak 83´), Deyna (Duggan 76´), Ajara (Ajibade 89´)y Ludmila.
Entrenador: José Luis Sánchez Vera
S.D. Eibar: Noelia, Puyi, Gómez, Matlou (Campos 90´), Alvarez, Elorza (Jujuba 71´), Navarro (Adule 81´), Llompart, Morera (Esteve 81´), Aparicio y Kgatlana.
Entrenador: Iker Dorronsoro
Goles: 0-1 Kgatlana 12´. 1-1 Ludmila 35´. 2-1 Deyna 53´.
Colegiada: Elena Peláez
Amonestaciones: Tarjeta amarilla para la jugadora local Claudia 73´. Y para las visitantes Matlou 11´y Jujuba 86´.
Autor: Emilio Mahugo
Fotografías: Atlético de Madrid