Matinal tardía en el Centro Deportivo Wanda de Alcalá de Henares, el horario, 13:30, era perfecto para los que les gusta comer bocadillo en el intermedio. Los contendientes al menos a priori aseguraban cuando no buen fútbol si emoción a raudales. Se trataba de un derbi, de nuevo cuño, recién nacido ya que el Real Madrid como tal es un apenas llegado a la Liga Iberdrola. Para derbis con más solera había que introducir en la ecuación al Rayo Vallecano, por ejemplo.
El Atlético de Madrid se jugaba a pesar de las tormentosa campaña que están desplegando el alcanzar la tercera posición, e incluso depender de si mismas para lograr la segunda plaza. El Real Madrid podía asegurar la medalla de bronce del campeonato y como no, mirar hacía arriba en pos de la de plata. Los ingredientes como vemos eran de calidad superior. ¿El encuentro? No tanto la verdad.
Circunstancias por medio, siempre hay que contar con ellas, las jugadoras de la orilla del Manzanares no supieron encauzar el choque y llevarlo a su terreno, mucho menos en la segunda parte, en la primera si dieron impresión de controlar el ritmo, sin crear peligro, de acuerdo, pero con el mando en las manos. El Real Madrid fue de menos a más. Supo acomodarse a lo que el correr de los minutos demandaba y acabó imponiéndose justamente, con menos sufrimiento del previsto, casi apenas, con solvencia y autoridad.
Partido nuevo al cuarto de hora
Ludmila, la jugadora que desafía al viento y suele humillarlo, dio un giro brusco a la temática del partido. Agarró el balón en el centro del campo y sola se plantaba cerca del área, la entrada por detrás significó dos cosas, una el marcador no se movió y dos, las visitantes se quedaban con un una jugadora menos. El Real Madrid apretó líneas, se conjuró atrás. El Atleti se quedó con el balón y lo movía buscando algún acuñamiento en el entramado. No era posible. La pelota, casi siempre rondando las cercanías de la meta blanca aunque sin la pizca de chispa que consigue desbaratar las defensas más prietas.
Se pidió la expulsión de Aleixandri por una jugada similar a la de Ludmila, la colegiada la sancionó con amarilla. En el campo es lo que pareció ya que la defensora no era la última. No sabemos si en el Bar, si con b, es el único a disposición del fútbol femenino, a lo mejor con las repeticiones en la tele pudieron apreciar otra cosa.
Segundo tiempo con buenas intenciones
Creo que por ambos técnicos, el local dotó a su equipo de mayor amplitud, de más juego de bandas, indispensable para abrir las murallas contrarias. No obstante, salvo un comienzo fulminante de Lauret, los propósitos fueron efímeros e inconsistentes. Las rojiblancas no acertaron a abrir el juego ni a encontrar pases por el interior. Las acciones aéreas fueron inoperantes o inexistentes. No hubo un solo pase en profundidad que pudiera ser mínimamente aprovechado. La guardameta visitante no tuvo que esforzarse en demasía, en contadas ocasiones su participación fue determinante. El Atleti pese a la entrega y el tesón no era capaz de transformar las ganas en ocasi0nes, y sin ellas es mucho más complicado conseguir un gol. Fruto del desquiciamiento local llegó la expulsión de Deyna que igualaba no el marcador pero si el número de jugadoras por equipo.
La consigna del técnico visitante funcionó a las mil maravillas. El equipo esperó atrás, firme, fuerte y sin fallos de bulto. Maniatando y amordazando los intentos contrarios. Cuando el balón llegaba a botas de las centrocampistas, la consigna era clara, lanzamiento largo para que Jakobsson corriera e intentara disfrutar de los huecos creados, que eran numerosos, y en la brega con la defensa la jugada saliera favorable a sus intereses. Varias veces vimos la misma situación y en una de ellas, la atacante alojó el esférico en las redes colchoneras.
El gol sirvió para templar los ánimos en las de color blanco, comprobando que la táctica era la adecuada, y que de seguir del mismo modo la victoria podía ser suya. Por el otro lado, el tanto valió para atenuar más la escasez de claridad de las de color rojiblanco. Corriendo la moral de unas paralela a la frustración de otras.
FICHA TÉCNICA
Atlético de Madrid: Lindahl; Kazadi (Knaak, 74′), Aleixandri, Tounkara (Strom, 46′), Van Dongen; Meseguer (Claudia Iglesias, 65′), Leicy Santos; Ludmila, Deyna Castellanos, Amanda Sampedro (Laurent, 46′); y Njoya Ajara (Ajibade, 65′).
Real Madrid: Misa; Kenti, Ivana Andrés, Claudia Florentino (Lorena Navarro, 85′), Olga Carmona; Teresa Abelleira (Thaisa, 74′), Kaci, Oroz (Corredera, 20′); Cardona, Jessica Martínez y Jakobsson.
Gol: 0-1 (68′): Jakobsson.
Colegiada: Ainara Acevedo Dudley (Cataluña).
Amonestaciones: Expulsó a Olga Carmona (12′) y Deyna Castellanos (73′ y 77′) y amonestó a Sánchez Vera (10′), Laia Aleixandri (24′), Jessica Martínez (24′), Kaci (25′) e Ivana Andrés (71′).
Campo: Centro Deportivo Wanda de Alcalá. Aforo limitado.
Autor: Emilio Mahugo
Fotografía: Real Madrid