Asistimos en la Ciudad Deportiva Fundación Rayo Vallecano al gran derbi de la ciudad de Madrid. Por mucho que se empeñen algunos, pagados o de un modo altruista, tanto el Rayo Vallecano Femenino como el Atlético de Madrid Femenino son los dos conjuntos más laureados, con más títulos y con una historia más longeva de la capital de España. Esto no hace mejores o peores a los demás, pero sí que, señoras y señores, pone las cosas en su verdadero contexto, sin faltar a nadie y otorgando a cada uno lo que le corresponde. Que dentro de diez años el Real Madrid Femenino barra Tacón o que el Madrid CFF tengan en sus vitrinas nueve Ligas y ocho Champions, entonces, tal vez, podríamos hablar de un modo diferente. A día de hoy no, ni por asomo, ni de cerca. Que no intenten vendernos oro cuando sabemos que es bisutería.
Abríamos el año futbolístico en Vallecas con una mañana estupenda, soleada y con temperatura más que agradable, impropia de las fechas en la que nos encontramos. En el haber de las locales constaba el ser el único equipo que ha puesto contra las cuerdas al Barça y que ha conseguido arrebatarle dos puntos. Las visitantes acudían al popular barrio madrileño con la intención de comenzar bien el año y seguir la estela de las azulgranas. Con estos ingredientes el encuentro al final se puede resumir con muy pocas palabras. Las colchoneras quisieron ganar y no pudieron o no supieron; y las chicas de la franja conquistaron su objetivo, no perder. Prácticamente sobró una parte del remozado césped. Se jugó en el lado vallecano. El Rayo renunció a la posesión, se atrincheró rodeando a Larqué y lo confió todo a algún afortunado contraataque. Esa era la consigna y a tenor del resultado podemos decir que el objetivo se cumplió.
La primera parte del Atleti fue buena, movío muy bien el balón, con paciencia, con sentido, abriendo a las bandas eludiendo el masificado centro de la defensa, con pases al hueco y con profundidad. Como suele ser habitual, Meseguer llevaba la batuta y la orquesta parecía funcionar. Ludmila rompió el muro vallecano, casi tan inexpugnable como el de Juego de Tronos, y el Rayo tuvo que estirarse un poquito; no mucho, ya que seis minutos más tarde y precedido por una clara falta a Linari no sancionada por la colegiada llegó el tanto del empate obra de Sheila.
En los segundos cuarenta y cinco minutos el Rayo puso en el muro a Jon Snow y a los dragones delante de la guardameta. El Atleti, privado de su brújula: Pablo López sustituyó a una Meseguer, no sabemos si lesionada como consecuencia de un golpe, que no tuvo la frescura de antes. La profundidad, la chispa, las carreras de Ludmila brillaron por su ausencia. Todo era un querer y no poder. Intentar lo intentaron todo, eso no es negociable, pero nada, absolutamente nada concluyó como estaba planeado. Las centrales locales se encargaron de desbaratar el juego aéreo y la cancerbera Larqué se mantuvo segura y solidaria en todo momento.
Las incidencias ofensivas rayistas fueron mínimas, todas fundadas en la posibilidad de alcanzar un balón largo, circunstancia que nunca se dio, Linari y Tounkara trabajaron para ello.
Finalmente en el gran derbi de Madrid hubo reparto de puntos con distinto sabor, para el Rayo Vallecano supo dulce y para el Atlético de Madrid, como anticipo de la llegada de los Magos, a negro carbón.
FICHA TÉCNICA
RAYO VALLECANO – Larqué, Auñón, Guerrero, Saéz, Andujar, Alonso, Bravo, García, Oviedo (Paula 80´), Altuve (Angeles 71´) y Sheila.
ENTRENADOR – Carlos Santiso
ATLÉTICO DE MADRID – Gallardo, Kenti, Tounkara, Linari, Menayo, Meseguer (Torrecilla 52´), Sampedro, Santos (Marcos 83´), Sosa (Olga García 68´), Charlyn y Ludmila.
ENTRENADOR – Pablo López
GOLES – 0-1 Ludmila 21´. 1-1 Sheila 27¨.
COLEGIADA – Arantza Gallastegui Pérez
AMONESTACIONES – Tarjetas amarillas para las locales Alonso 60´, Sheila 89´y Sáez 94´; y para la visitante Menayo 84´.
Autor: Emilio Mahugo