Si nos paramos a meditar sobre esta eliminatoria de octavos de final de la Champions la cabeza nos puede dar vueltas como un atracción de feria sin control. Y es que hay datos, circunstancias y matices que la convierten en anodina y especial. A lo largo de los ciento ochenta minutos de juego el Atlético de Madrid ha fallado tres penas máximas, en momentos notablemente críticos y ha competido gran parte del partido de ida contra un rival con una jugadora menos. El Chelsea en los dos encuentros abre el marcador con lanzamientos de penalti. Para redondear, ninguno de los choques tuvieron lugar en Madrid. No hay cabeza que aguante tanta cavilación.
C0mpetir, el arte de no bajar los brazos.
Dificultad tenía y mucha, remontar un dos a cero y tener que hacerlo ante un rival como el Chelsea no es tarea sencilla. Es caminar por el borde de un precipicio sabiendo que un mínimo traspiés pone punto y final a la aventura. El Atleti se tomó bien el desafío, intentó dominar el esférico y con él en las botas, el juego. Lo conseguía sobre todo gracias a una Meseguer que estaba en todas partes, achicando, cerrando y proponiendo. Labor acertadísima de la 15 colchonera. Del mismo modo podríamos destacar a las centrales que solventaron el problema de la cuadratura del círculo, es decir taponar los amenazantes contra ataques de las jugadoras londinenses. No hubo goles, tampoco tanto peligro como para que la valeriana corriera por el banquillo visitante en un intento de calmar los nervios. Lo cierto es que las rojiblancas plantaron cara, no solo eso, sería injusto calificarlo de ese modo, tuvieron la certeza y la paciencia de combinar el balón para buscar las opciones propicias, frente a un conjunto que jugaba con la conciencia de que la mancillas del reloj iban de su parte. También la concentración para solventar las embestidas azules. Y no cayeron en la ansiedad de querer marcar el tercer gol antes que el primero. Virus este que ataca en numerosas ocasiones a los equipos que tienen que remontar una eliminatoria.
Más fútbol, más penaltis y más goles.
La segunda mitad el panorama continuaba del mismo color, resten cuarenta y cinco minutos al crono o añádanselos a la épica. El efímero descanso en vestuarios dio paso a unas situaciones impregnadas por el aroma a gol. No llegó a cuajar ninguna de las ocasiones, por contra, la emoción y la necesidad crecían de un modo inverso a la disminución del minutaje. Nos plantamos en el setenta y cuatro con todo un mundo hasta el final y las jugadoras de la orilla del Manzanares devalúan la cotización de la pena máxima. Momento crucial, otro más que resulto superfluo para el color rojiblanco, ocasión mayúscula para atravesar la senda de octavos y alcanzar los cuartos. En el siguiente suspiro el Chelsea devuelve al penalti su categoría habitual, la de pena máxima.
El cero a uno no era justo ni moral ni poéticamente. Las colchoneras, a las que los cambios les habían sentado bien, no estaban de acuerdo con la coyuntura y a pesar de la estrechez del cronometro, continuaron machaconamente con la firme intención de perpetrar el asalto a la meta visitante. La insistencia y el buen trato de la pelota dieron su fruto y consiguieron equilibrar el partido. Escasos nueve minutos restaban para el silbatazo final, los seguidores rojiblancos saben que su equipo es capaz de hacer milagros e incluso imposibles, aunque hoy no era el día. Tampoco fue la eliminatoria a decir verdad.
FICHA TÉCNICA
Atlético de Madrid: Lindahl, Kazadi (Knaak 67´), Aleixandri, Van Dongen, Storm (Majarin 67´), Meseguer, Santos (Claudia 80´), Duggan (Laurent 79´), Deyna, Ludmila (Ajibade 60´) y Ajara.
Entrenador: José Luis Sánchez Vera.
Chelsea: Berger, Charles, Mjelde, Bright, Andersson, Harder (Fleming 67´), Leupolz, Ji (Blundell 84´), Kirby, England (Reiten 42´) y Kerr.
Entrenadora: Emma Hayes
Goles: 0-1 Mjelde 77´(p). 1-1 Laurent 82´.
Colegiada: Stephanie Frapart
Amonestaciones: Tarjeta amarilla para la jugadora rojiblanca Majarín 76´y para la «blue» Charles 74´.
Autor: Emilio Mahugo
Fotografías: Chelsea FC Women