Dramático pase a semis para la selección de Estados Unidos en estos Juegos Olímpicos de Tokio. La ya no tan todopoderosa selección estadounidense llegó a la temida tanda de penales tras no lograr deshacer el empate a 2 contra unos Países Bajos que, si bien han corregido los errores defensivos de la fase de equipos, se mostraron muy pasivas en el tiempo de prórroga.
Se repetía de nuevo la final del mundial de 2019 entre estas ya viejas conocidas, las eternas campeonas y las vigentes campeonas europeas. Con dos de las selecciones más en forma del mundo, arrancaba el último partido de cuartos de final de los JJ.OO. de Tokio 2020.
PAÍSES BAJOS 2 – ESTADOS UNIDOS 2
Arrancaron las estadounidenses dando una versión que nos resulta más familiar de sí mismas. Presión desde el arranque, con llegadas al área en los primeros compases. Sin duda, una versión mucho más ambiciosa de lo que habíamos visto en la fase de grupos.
Andonovski optaba por dejar a Lavelle y Press en el banquillo, sacando de titular a Lynn Williams en la delantera y apostando por un centro de campo con Mewis, Ertz y Horan.
La apuesta salió bien, ya que el centro de campo estadounidense mantuvo a raya al neerlandés. La pelota en el centro del campo sólo tuvo un color.
Sarina Wiegman, en su último partido como seleccionadora de las oranjeleeuwinnen, optó por rotar la línea defensiva, dando entrada a Wilms en detrimento de Van Dongen y moviendo un poco su esquema habitual.
A Wiegman también pareció funcionarle este cambio, ya que vimos una de las versiones más sólidas de la defensa oranje frente a una selección de Estados Unidos especialmente hambrienta de goles.
Pese a los envites iniciales de las de las barras y las estrellas, y a las ocasiones de Heath y Horan, las oranje se adelantaron en el marcador. Contra rápida de las leonas, que con Miedema siempre al acecho, saben cómo sacar petróleo de este tipo de jugadas. Pase en largo a la delantera del Arsenal, que enganchó el balón al rebote y batió a una Naeher que, pese a encajar dos goles, sería la heroína de la velada.
Los goonies nunca dicen muerto
Tras el gol de las oranje, durante unos minutos volvimos a ver la sombra de la duda acechando a las estadounidenses. El lenguaje corporal y las miradas lo decían todo. Jugadoras veteranas y experimentadas como Tobin Heath mandaban balones a la grada, impotentes, cuando normalmente un remate suyo es siempre una ocasión de gol cantada.
Por momentos se mascaba la tragedia, y las neerlandesas podían olerlo, pero lejos de aprovechar esta ventaja psicológica, empezaron a jugar al peloteo. Los errores, como siempre se dice, se pagan caros.
Este bloqueo psicológico duró apenas unos minutos. No sabemos si fue un grito de aliento desde el banquillo o si Sauerbrunn como capitana llamó a las suyas al orden. El caso es que las de Estados Unidos volvieron a tomar la sartén por el mango y a mandar en el juego. Gran partido de Julie Ertz, muy disoluta en los encuentros anteriores, hoy sin embargo muy sólida en labores defensivas durante todo el encuentro.
Ni diez minutos les duró la superioridad en el marcador a las leewinnen. Sam Mewis, the tower of power, se elevaba asistida por Lynn Williams, y anotaba de cabeza el primero para las yankis. La sonrisa volvía a muchas caras, y la mirada de frustración se transformaba en celebración.
Dramático fue el pase a semis, pero es que a las estadounidenses, nunca se las puede dar por muertas.
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Las dos jugadoras de las Courage volvieron a dar la campanada tres minutos más tarde. Esta vez era Mewis quien asistía a la delantera. Con este gol, al igual que con esta convocatoria olímpica, Lynn Williams recupera la confianza que tantas veces se le negó. Tanto importantísimo para el equipo, pero mucho más importante para la jugadora.
Con el 1-2 el partido llegó al descanso.
Tras la vuelta al verde, ambos seleccionadores optaron por el mismo esquema de la primera parte. Posesiones largas y presión alta para las estadounidenses pese a ir liderando el marcador. Refuerzo defensivo y jugadas a la contra para las leewinnen, que tardaron poco en anotar el segundo.
En un error defensivo de Dahlkemper, curiosamente la defensora en mejor forma de la fase de grupos, Miedema se adentra con el balón en el área. Julie Ertz intenta cerrar y hace que Naeher pierda de vista el balón, ocasionando la jugada del empate.
Gol número 10 para Miedema, que jugaba además su partido número 100 con la camiseta de su selección.
Vlatko no esperó mucho más para introducir cambios. Salían Morgan, Lavelle y Press para añadirle más pólvora al ataque. Pocos minutos tardó Press en anotar un gol, anulado eso sí por un ajustadísimo fuera de juego.
Primer penalti del partido
A estas alturas del encuentro, las estadounidenses seguían imprimiendo un ritmo más rápido que el que querían sus rivales, incómodas en todo momento tras la entrada de Rapinoe en el terreno de juego.
Todos los ataques neerlandeses hasta el momento entraban por ese lateral, causándole más de un quebradero de cabeza a Crystal Dunn. La entrada de Beerensteyn fue la respuesta de Sarina, que pretendía imprimir velocidad por ese lateral, pero en casi todas las subidas de Beerensteyn, Rapinoe acompañaba, apoyando a Dunn en el refuerzo de su flanco.
O’Hara, muy imprecisa durante todo el campeonato, cometía un penalti infantil precisamente sobre Beerensteyn. Volvían a saltar las alarmas entre los aficionados estadounidenses.
Lanzaba Lieke Martens, detenía Alysa Naeher sin problema. La guardameta adivinaba fácilmente las intenciones de la jugadora del Barcelona y le negaba la oportunidad de volver a poner por delante a las suyas.
El mazazo moral esta vez lo sufrían las neerlandesas, que tardaron en volver a entrar en el partido. Las estadounidenses aprovechaban esta circunstancia para hacerse más con el balón, y tuvieron varias ocasiones peligrosas que no llegaron a buen puerto, bien por los fueras de juego, bien por errores de precisión. Morgan y Press acechaban el área rival y todo parecía indicar que el gol llegaría.
Si dramático fue el pase a semis, dramática fue la relación de las delanteras estadounidenses con el fuera de juego en el día de hoy.
A la prórroga
Pese a la insistencia de la selección de Estados Unidos, el partido se fue a prórroga. Media hora más de juego en la que Países Bajos parecía firmar el empate. Otro error que pagarían caro.
Las neerlandesas mareaban el balón, con muy pocas llegadas al área. Apenas un tiro a puerta (gol anulado por fuera de juego) en esa media hora extra.
Mientras tanto, sus rivales se afanaban por anotar el tercero. Press volvía a hacer trabajar a la gente del VAR. Otro gol anulado a la delantera por fuera de juego, que no estaba sola en esta afrenta: pocos minutos más tarde le anulaban un gol a Morgan, también por fuera de juego.
Si dramático fue el pase a semis, dramáticas eran las intervenciones del VAR, que parecían tardar una eternidad en tomar una decisión.
Así, llegamos a la tanda de penaltis.
Final totalmente esperado
Si antes hablábamos del lenguaje corporal, estos minutos previos a los lanzamientos dan para hacer un estudio. Por un lado, las neerlandesas, visiblemente tensas frente al reto al que debían enfrentarse. La cara de Sarina Wiegman reflejaba también esa ansiedad. Las estadounidenses, por el contrario, mostraban los hombros relajados, confiando en sus posibilidades.
Lanzaban primero las neerlandesas. La primera, Miedema, que lanzaba con desgana, dándole tiempo a Naeher a adivinar sus intenciones y a salir bien en la foto. Por las estadounidenses, la primera en lanzar era Lavelle, que perforó la red sin darle opciones a Van Veenendaal. 0-1 para Estados Unidos.
Para el segundo, lanzaba Janssen, con precisión quirúrgica. Engañó completamente a Naeher y empataba la tanda de penaltis. La segunda por Estados Unidos era Morgan. Chut y adentro, un día más en la oficina para la delantera. 1-2.
La tercera ronda la inauguraba Van der Gragt. Gol y celebración con rabia, intentando insuflar ánimos a sus compañeras. Press anotaba el tercero para las suyas. 2-3 para las estadounidenses.
Llegaba la cuarta ronda de lanzamientos, con toda la responsabilidad para una joven Anouk Nouwen. De nuevo, Naeher adivinaba la trayectoria y detenía el balón y, con él, las esperanzas de la selección rival. Llegaba el turno de Rapinoe que, junto con Janssen, anotó el penalti mejor tirado de la velada. 2-4 y estallaba la alegría para las estadounidenses, soltando toda la rabia y la tensión acumulada en los pasados días.
Así de sufrido y dramático fue el pase a semis de Estados Unidos, merecido, frente a unos Países Bajos que por minutos dieron la mejor versión de sí mismas pero que también nos dieron la peor cara de la misma moneda.
Estados Unidos se enfrentarán el próximo domingo en semifinales a Canadá, otras viejas conocidas.
FICHA DEL PARTIDO
Países Bajos: Van Veenendaal (P) (C), Janssen, Nouwen, Van der Gragt, Wilms, Groenen, Van de Donk, Roord (Pelova, min. 97), Martens, Van de Sanden (Beerensteyn, min. 63) y Miedema.
Entrenadora: Sarina Wiegman.
Estados Unidos: Naeher (P), Dunn, Sauerbrunn (C), Dahlkemper, O’Hara, S. Mewis (Lavelle, min. 58), Ertz, Horan, Heath (Rapinoe, min. 64), Williams (Press, min. 57) y Lloyd (Morgan, min. 57).
Entrenador: Vlatko Andonovski.
Goles: 1-0 Miedema (min. 18), 1-1 Mewis (min. 28), 1-2 Williams (min. 31) y 2-2 Miedema (min. 54).
Árbitra: Kate Jacewicz.
Partido disputado en Nissan Stadium, Yokohama.
Incidencias: Tarjeta amarilla a Horan (Estados Unidos, min. 77) y tarjeta amarilla a Van de Donk (Países Bajos, min. 90+4).
Autora: Marga Martín
Fotografía: U.S. Soccer WNT