El 18 de junio de 2020, la Federación Colombiana de Fútbol (FCF), conjuntamente con la Conmebol, emitieron una carta de respuesta al “Informe de Evaluación de Candidaturas de la FIFA”, mediante la cual califican de erradas y discriminatorias las conclusiones de la evaluación de su expediente, concretamente en los puntos relacionados con: seguridad, salud y aspectos comerciales.
No obstante, los descargos de la FCF y la Conmebol presentan ciertas incongruencias que, antes de lograr desvirtuar las observaciones efectuadas por la FIFA, dejaron en entre dicho la intension de la carta.
En efecto, cuando hablamos de “discriminación” nos referimos a todo trato diferenciado irracional, es decir, sin un sustento objetivo que los justifique; sin embargo, consideramos que la carta de respuesta no logra sustentar dicho trato discriminatorio.
Sobre la Seguridad
En este punto, el informe de FIFA ha calificado a Colombia como de riesgo medio. La carta de la FCF y de Conmebol discute lo señalado en el siguiente párrafo del informe: “(…) Si bien el terrorismo nacional se ha reducido considerablemente, sigue existiendo preocupación respecto a los posibles efectos de la criminalidad en las partes implicadas en el torneo”. Indican que esta afirmación sólo se apoya en prejuicios, que la FIFA desconoce los procesos de paz y que Colombia vive actualmente en estabilidad y paz social, “avalados por múltiples organismos internacionales”.
No obstante, no se hace referencia a informes de dichos organismos internacionales o a nacionales oficiales que sustenten sus descargos. Además, esta afirmación roza con la ligereza en tanto, sólo en enero de este año, fue de conocimiento mundial que el responsable de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, concluyó que “la violencia generalizada en las zonas afectadas por el conflicto sigue amenazando la consolidación de la paz”, refiriéndose a atentados en contra líderes sociales y ex combatientes. Asimismo, el 14 de abril de este año, el mismo responsable indicó que «la violencia en contra de excombatientes se ha mantenido a pesar de la cuarentena nacional. Desde la publicación del informe, otros tres excombatientes han sido asesinados, para un total de 195 desde la firma del Acuerdo de Paz». Es decir, que el Acuerdo de Paz, no está plenamente implementado, como da entender la carta de la FCF y Conmebol.
Salud, servicios médicos y control de dopaje
Sobre este punto, también con calificación de riesgo medio, la carta señala como “ofensivo” el siguiente párrafo del informe FIFA: “(…) los hospitales colombianos por lo general no prestan unos servicios de urgencias conforme a los estándares sanitarios internacionales, por lo que los pacientes con cuadros graves podrían tener que ser evacuados a otro país”. Pero antes de desvirtuar esta afirmación, sustentando qué hospitales colombianos cuentan con servicio de urgencias que cumplen con estos “estándares sanitarios internacionales” que permiten la atención de todo cuadro grave, simplemente indica de modo general que cuentan con hospitales de prestigio internacional capacitados para casos graves, sobre todo considerando que en el párrafo precedente al citado, la FIFA indicó que Bogotá contaba con algunos hospitales privados que ofrecían servicios de gran calidad para patologías menores y de gravedad moderada.
Aspectos comerciales
En este punto el riesgo determinado por la FIFA es de ”nivel alto”, considerando una serie de puntos relevantes, de los cuales la carta discute el siguiente: “En lo que respecta al potencial televisivo, la FIFA analizó las zonas horarias en que se disputaría el torneo, y los resultados invitan a suponer que la candidatura de Colombia resultaría muy atractiva para el mercado del continente americano, pero también que los partidos se disputarían por lo general fuera del horario de tarde/ noche europeo. Es preciso hacer constar la limitación para generar ciertas oportunidades comerciales en el sector audiovisual nacional y continental debido a varios acuerdos comerciales en vigor. Pese a que existe un gran interés local en el fútbol, las condiciones para generar ingresos de marketing internacional (audiencias, PIB, atractivo del torneo y estructura de patrocinios) se espera que sean limitadas”.
Sobre ello, tampoco sustentan la causalidad entre los acuerdos comerciales y el “éxito garantizado” en lo televisivo, taquilla, hospitalidad y patrocinio anunciados en la carta, ni consideran que la previsión de ingresos de Colombia es baja, y que no se cuenta con una subvención del Estado confirmada, a diferencia de Australia. “(…) se calcula la venta de poco menos de un millón de entradas en un rango bajo de precios, por lo que se prevé unos ingresos por gestión de entradas de aproximadamente 22.2 millones de USD. Se espera que los ingresos por entradas de hospitalidad sean relativamente limitados, poco menos de 2 millones de USD. Por último, conviene apuntar que el candidato no ha confirmado ningún tipo de contribución o subvención estatal, lo cual ha tenido un efecto negativo en la posición financiera de la candidatura“.
Finalmente, sorprende que se califique al torneo femenino colombiano como uno de los más exitosos del continente con 20, 600 jugadoras. ¿Esto quiere decir que debemos considerar exitoso un torneo donde ni el 30% de las jugadoras cuentan con un contrato profesional y las que cuentan con uno no tienen asegurado ni un año de labores? Esta afirmación es bastante cuestionable, pues no considera lo más importante: las condiciones de trabajo y derechos laborales de las jugadoras y personal del fútbol femenino.
Autora: Yuri Nakazaki
Fotografía: MaríaFe Serra