Me gustan los trofeos veraniegos, que vayan asentándose en el calendario estival, que cojan solera, que se conviertan en referencia. Mucho más que partidos preparados. ¿Nostalgia? Puede ser. Siempre como aperitivo a la temporada y cómo no, para comenzarla con todas las garantías de éxito. Este año se ha celebrado la segunda edición del trofeo Ciudad de Alcalá, tan solo es la segunda puesta de largo pero ¿quién sabe? en unos años puede ser un clásico veraniego que no puede faltar, como las canciones de Georgie Dann.
Obviamente como su nombre nos indica la competición tiene lugar en la ciudad madrileña de Alcalá de Henares, por tanto el Atlético de Madrid ejerce de conjunto anfitrión. El invitado a la fiesta en esta ocasión vuelve a ser un equipo italiano, la Fiorentina, el año pasado lo fue la Roma. Las de Florencia no cuajaron una temporada excesivamente buena, es más, el adjetivo de buena puede quedar un poco extenso ya que concluyeron el ejercicio en la parte media de la tabla.
De cualquier modo rojiblancas y moradas se vieron las caras para dilucidar si el trofeo se quedaba en Madrid o viajaba a la hermosa ciudad italiana. El partido resultó muy competido desde el principio al fin, ambos conjuntos buscaron con insistencia la portería contraria, no había tres puntos en juego ni el pase a la siguiente ronda, se jugaba por mucho más, el honor de vestir y luchar por la camiseta. Muchas veces nos olvidamos que eso es lo más importante. Las jugadoras brindaron un espectáculo espléndido derrochando energía y buen fútbol. Los espectadores estaban encantados, las alternativas en el control eran constantes, ambas escuadras deseaban conseguir abrir el marcador. Intentos, sustos, buenos intervenciones defensivas, el caso es que se llegó al descanso con el marcador inicial, cero a cero, aunque con regusto en la retina por lo visto sobre el pasto.
El segundo acto tuvo dinamismo y prácticamente un color, el rojiblanco. Consiguieron el gol que abría el marcador y que a la postre significaría la victoria. Fue un tanto made in Ludmila. No hacen falta muchas explicaciones. Esta chica cuando está en forma y es surtida con buenos pases, no con melonazos de Villaconejos, es dinamita en estado puro. Tras el gol se sucedieron algunas ocasiones que no llegaron a fructificar, del mismo modo las italianas intentaron conquistar el empate sin que la fortuna estuviera de su lado, ya que no lo consiguieron.
El trofeo se negó a viajar y se quedó en modo colchonero. Óscar parece que va encontrando las teclas para que el equipo funcione, buena materia prima han dispuesto a su disposición, no podrá quejarse. En fin, que todo parece que la temporada en la orilla del Manzanares será apoteósica. Al menos eso desea la parroquia colchonera, por lo visto hasta ahora, hay que seguir creyendo.
FICHA TÉCNICA
Atlético de Madrid: Lola Gallardo; Xenia Pérez (Lundkvist, 58’), Cinta Rodríguez (Ajibade, 58’), Van Dongen, Moraza (Nerea Sánchez, 87’); Lucía Moral (Barth, 58’), Maitane (Claudia Sánchez, 73’), Irene Guerrero, Banini (Sara García, 87’); Santos (Laura Rodríguez, 87’) y Ludmila (Staskova, 87’).
Fiorentina: Katja (Baldi, 46’); Cafferata (Erzen, 46’), Tortelli (Zanoli, 87’), Agard, Jackmon (Breitner, 64’); Mijatovic (Monecchi, 46’), Huchet, Parisi (Giacobbo, 87’), Catena (Sabatino, 64’); Kajan (Menta, 78’) y Vero Boquete (Corazzi, 78’).
Árbitro: Alicia Espinosa Ríos (Comité Madrileño). Mostró tarjeta amarilla a la rojiblanca Moraza (64’) y a la visitante Tortelli (34’).
Gol: 1-0 Ludmila (56’)
Autor: Emilio Mahugo
Fotografía: At. Madrid