Año 2000. Hace 21 años, recién estrenado el siglo y el milenio y dejando atrás falsas alarmas de cataclismos y fines del mundo varios, Madonna cantaba:
«Las niñas pueden usar pantalones vaqueros y llevar el pelo corto,
usar camisas y botas porque está bien ser un chico,
pero que un chico parezca una chica es denigrante
porque, en el fondo, piensas que ser una chica es denigrante».
Año 2021. Dos décadas de siglo XXI a nuestras espaldas, varias falsas amenazas de cataclismos y fines del mundo, una pandemia que nos trae a todos locos, Mercurio en retrógrado, y parece que ni así avanzamos.
Hace apenas unos días saltó el rumor en la prensa no-tan-sensacionalista inglesa: Emma Hayes, actual entrenadora del Chelsea FC Women, podría ser la nueva entrenadora del AFC Wimbledon.
La noticia corría como la pólvora y todo el mundo daba por sentado que ella iba a aceptar el puesto porque, ¿quién no querría dejar un puesto de entrenadora de un equipo de fútbol femenino para tomar las riendas de un equipo de fútbol masculino, mucho más relevante?
Algunos señalaban el hito de que una mujer llegase por primera vez a los vestuarios de un club masculino profesional en Inglaterra pero, mientras muchos se dejaban embaucar por el titular, otros decidimos entrar a leer la «noticia» en la que se afirmaba que sólo eran especulaciones, y que se barajaban varios candidatos al puesto, hombres en su mayoría a excepción de Hayes.
Una vez más, el sexismo imperante en el mundo (deportivo, en este caso) salió a relucir, no solo en prensa, sino también en redes sociales, al quedar patente que la creencia popular era que todo esto, de ser cierto, sería un gran paso adelante en la carrera de Hayes.
Y es que, parece ser, que pasar a entrenar a un equipo (masculino) de la tercera división inglesa que se está jugando la permanencia, es un avance en la carrera de una entrenadora que está ejecutando dignamente su trabajo en la primera división inglesa (femenina), con un equipo que está primero en la tabla y es firme candidato a revalidar su título en la liga, está clasificado para octavos de final de la Champions League y es finalista de la Continental League Cup.
Por si todo esto fuese poco, el equipo que dirige esta entrenadora ostenta el récord de partidos imbatidos en la FA WSL. 33, que no es moco de pavo. Y aún así, leyendo y analizando las cifras como entrenadora de Hayes, hay gente que sigue con la mentalidad de que el fútbol masculino es «superior» al femenino y que debería aceptar sin rechistar esta gran oportunidad que se le está brindando. Y, por supuesto, dando las gracias por ello, que una oferta así no se le va a cruzar todos los días en su camino, oiga.
Todo esto, a sabiendas de que Hayes no hace mucho hablaba claro acerca de la continuidad de su proyecto en el Chelsea (donde lleva ya casi una década), justo cuando tiene a la mejor plantilla a su disposición y cuando tiene tan cerca poder alcanzar su gran sueño: ganar una Champions.
Lo que a muchos nos parecía bastante obvio (que era un rumor totalmente infundado y que la continuidad de Hayes al timón de las blues estaba asegurada), parecía no estar tan claro para otros. Al final, tuvo que salir la propia Hayes a desmentir, de manera tajante, toda esta historia de Perogrullo.
Fue en la rueda de prensa previa al partido que enfrentaría a su equipo al West Ham United en las semifinales de la Conti Cup.
«En primer lugar, creo que nos estamos olvidando de lo realmente importante y el motivo por el que estamos aquí, que es el partido de mañana. Soy la entrenadora del Chelsea, dirijo y represento a jugadoras de élite y clase mundial y para mí es un trabajo fantástico en el que llevo nueve años depositando toda mi energía».
«No estoy buscando otro trabajo, soy afortunada de poder trabajar con seres humanos maravillosos día sí y día también y es importante para mí decir esto: cuando el mundo del fútbol esté preparado para cumplir los códigos de diversidad para que así las comunidades negras, asiáticas y demás minorías étnicas, así como las mujeres, tengan las mismas oportunidades en el fútbol, entonces diré que sí se está avanzando en este tema».
«Esto no es una conversación sobre Emma Hayes y el AFC Wimbledon, pero deberíamos tener conversaciones más largas acerca de crear oportunidades entre todo el amplio y diverso espectro de minorías para que esas oportunidades en el fútbol masculino no se vean limitadas a aquellos que están en las posiciones privilegiadas. Que no sean meras excepciones, sino que lo normal sea la diversidad».
«El mundo del fútbol necesita mantener sus promesas y regirse por los códigos de diversidad, estar en una posición donde de verdad haya oportunidades para los menos privilegiados. Eso es lo que yo quiero ver».
«Mi privilegio es lo que hago en el Chelsea y mi objetivo está fijado en lo que vamos a hacer en el siguiente partido».
«No sé por qué alguien puede pensar que ser entrenadora en el fútbol femenino es estar un paso por detrás, que entrenar a campeonas mundiales y a jugadoras que han representado a sus países en los Juegos Olímpicos o en la Eurocopa es estar un paso por detrás de lo que sea».
«El mundo del fútbol necesita despertar y ser consciente de que no importa el género, es exactamente el mismo deporte, que se rige por las mismas reglas, y que las cualidades necesarias para dirigir un equipo femenino son exactamente las mismas que se necesitan para dirigir un equipo masculino».
«Fran Kirby, Pernille Harder, Beth England, Magda Eriksson, Millie Bright, Maren Mjelde… ¿queréis que siga? Todas son jugadoras de clase mundial. El fútbol femenino es algo que debemos celebrar, es un insulto para la calidad y los logros de todas las mujeres a las que represento que hablemos del fútbol femenino como un paso atrás. Esto es lo que más me decepciona, no que me vinculen a un trabajo de entrenadora siendo yo entrenadora, independientemente del género del equipo. Estoy feliz en el Chelsea y amo mi trabajo aquí y siempre he sido clara al respecto. Nada ha cambiado».
A la pregunta de si se iría a cualquier otro club, incluido el AFC Wimbledon, por dinero, contestó con un sarcástico: «No podrían permitírselo».
Lejos de zanjarse aquí el tema, Hayes, que es de sobra conocida por su poco aprecio a tener que hablar de temas extradeportivos, tuvo que salir de nuevo a matizar sus declaraciones tras el partido contra el West Ham, ya que algunos medios tergiversaron sus palabras.
«Da la sensación de que sólo he insultado al AFC Wimbledon. Nada más lejos de la realidad. Son un club maravilloso, nuestros vecinos, muy queridos por todos en el Chelsea».
«En primer lugar, debo decir que nunca he hablado con el Wimbledon y que nunca me han ofrecido un trabajo. Mis palabras fueron claras: entrenar al equipo femenino del Chelsea no es estar un paso por detrás de nada, es un insulto insinuar lo contrario. Lo que quería decir ayer es que el fútbol es para todo el mundo. No es para los privilegiados, no es para unos pocos, no es para la élite. El fútbol representa a una sociedad diversa, pero el fútbol no incluye a la sociedad diversa en la que vivimos».
«Deseo sinceramente que el AFC Wimbledon encuentre a la persona adecuada para su equipo. Todo el asunto de que no podrían permitirse contratarme no tiene nada que ver con el dinero, pero sí que tiene que ver con el hecho de que tengo el mejor trabajo del mundo y que ninguna cantidad de dinero va a tentarme a dejarlo».
Se puede hablar más alto, pero no más claro.
2021 y hay que seguir luchando por defender que el fútbol femenino no es ni más ni menos. Que es, simplemente, fútbol.
Autora: Marga Martín
Fotografía: Chelsea FC Women