Reinas del balón es un diario de fútbol femenino, ya lo saben ustedes. Sin embargo, permítannos la licencia de hablar, aunque sea de puntillas, del Mundial masculino, el de los chicos. Lícito es decirlo así cuando se estereotipa al femenino refiriéndole en muchas ocasiones como “fútbol de chicas”. Como si hubiese dos clases de fútbol diferentes. Pues bien, en el Mundial masculino de Qatar, que comenzó el 20 de noviembre y finalizará el 18 de diciembre, habrá seis mujeres árbitras que impartirán justicia en este país árabe. Como ha manifestado Pierluigi Collina, presidente del comité de árbitros de la FIFA, “no están por su género, sino porque representan a lo mejor del arbitraje internacional”. Estas, son las siguientes:
Stéphanie Frappart
Está considerada como la mejor árbitra del mundo. Esta francesa nacida en la localidad de Le Plessis-Bouchard, el 14 de diciembre de 1983, es un mito. Ella solita ha derribado muchas barreras en el mundo del arbitraje femenino. En Qatar derribará otra más.
Pitó en la final del Mundial de Francia 2019, que jugaron las selecciones de Estados Unidos y Países Bajos el 7 de julio de aquel año. En ese mundial fue además la árbitra principal del Argentina-Japón (10 de junio) y el Países Bajos-Canadá (20 de junio)
El 14 de agosto de 2019 se convirtió en la primera mujer en arbitrar una final de la Supercopa de Europa masculina. Aquel encuentro lo disputaron el Liverpool y el Chelsea. Meses antes, en abril, dirigió el partido jugado entre el Amiens y el Estrasburgo de la Ligue 1 masculina gala.
Frappart fue también la primera árbitra designada para un partido de la UEFA Champions League. En concreto, el que disputaron en diciembre de 2020 la Juventus, donde militaba Cristiano Ronaldo, y el Dinamo de Kiev.
También fue la colegiada principal del Alemania-España, entre otros, en la Eurocopa 2022 y estuvo en el cuarteto de la final como cuarta árbitra.
Salima Mukansanga
Esta árbitra ruandesa nació en 1988 es internacional desde 2012. Con solo 18 años, se pitó en la Copa de África femenina, un partido entre Zambia y Tanzania. Nunca antes había arbitrado una mujer.
En 2021 se convirtió en la primera ruandesa en arbitrar un encuentro de los Juegos Olímpicos.
En enero de este año se convirtió en la primera árbitra de la historia en dirigir un partido de la Fase Final de la Copa de África masculina. Concretamente, el que enfrentó a Zimbabue contra Guinea.
Yoshimi Yamashita
Se trata de una japonesa que nació en Nakano, una región especial de Tokio, el 20 de febrero de 1986. Se inició en el mundo del arbitraje en 2004 y es internacional desde 2015.
En su dilatada carrera ha impartido justicia en partidos de la Primera División de la Liga japonesa y también en la Liga de Campeones Asiática, en ambos casos masculinos.
Ha dirigido encuentros femeninos del Mundial 2019 y en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Estos últimos se celebraron en 2021, al aplazarse un año por la pandemia de coronavirus.
Neuza Back
Nació en Saudades, una localidad del estado brasileño de Santa Catarina, el 11 de agosto de 1984. Es árbitra y asistente. Desde 2014 es Árbitro FIFA, el máximo estatus al que puede aspirar quien ejerce esta profesión. Su primera incursión en un partido de fútbol masculino fue en 2020, en un choque entre Peñarol y Vélez Sarsfield.
En 2021 fue asistente de reserva de la árbitra Edina Alves en el Mundial de Clubes masculinos de Qatar para el partido entre Tigres y Ulsan Hyundai. En el encuentro por el quinto puesto de esa competición, que jugaron el Ulsan Hyundai y el Al Duhail, fue asistente titular.
En mayo de ese mismo año, formó parte del primer trío arbitral femenino seleccionado para un partido de la CONMEBOL Libertadores masculina. Concretamente el que disputaron el Club Social y Deportivo Defensa y Justicia argentino y el Independiente del Valle ecuatoriano.
Karen Díaz Medina
La mexicana Karen Janet Díaz Medina nació en Aguascalientes el 10 de noviembre de 1984. Debutó como profesional del arbitraje en 2009. Su primer encuentro en la Liga Femenil mexicana fue en un partido que disputaron el Pachuca y el León en 2016. Desde 2018 es Árbitro FIFA. Esta árbitra y asistente participó en la Fase de Clasificación para el Mundial masculino de la Concacaf.
En 2021, fue juez de línea en la Copa Árabe, que se disputó precisamente en Qatar.
Kathryn Nesbitt
Nació en Estados Unidos. Debutó en la NWSL de aquel país en el año 2013. Dos años después pasó a arbitrar también en la Major League Soccer (MLS). Llegó a lo máximo en esta competición, ya que fue la asistente principal en la final de la edición 2020. Esta la disputaron el Columbus Crew y el Seattle Sounders. Además, fue galardonada con el premio a la Árbitra Asistente del Año.
En 2021, fue la primera mujer que formó parte de un cuarteto arbitral en las eliminatorias masculinas de la Concacaf.
Será la primera vez que haya colegiadas impartiendo justicia en el terreno de juego en un Mundial masculino. Ellas se encargarán de corregir los malos actos que puedan cometer los hombres. De haberlos, los penalizarán con faltas y puede que hasta los expulsen del campo si es necesario. No deja de ser paradójico que en un país como es Qatar, donde se violan los más elementales derechos de la mujer, comience este logro igualitario.
¿Cómo viven las mujeres en Qatar?
Quizás se pregunten qué significa ser mujer en Qatar. La legislación de ese emirato árabe es meridianamente clara a ese respecto. “Los esposos tienen derecho a que sus esposas los cuiden y les obedezcan; y se considera una obligación legal de las mujeres cuidar de sus hijos y amamantarlos”. Eso sí, “salvo que exista una discapacidad legal”, matiza.
En caso de no estar casadas son los parientes masculinos, padre, hermanos o tíos quienes rigen su destino. Una vez contraiga matrimonio, el marido podrá hacer lo que quiera de ella. Incluso pegarla sin que sea delito. A este particular, un sociólogo qatarí divulgó un vídeo por las redes sociales. En él enseñaba cómo había que golpear a las mujeres “para no dejar moratones ni sangre”. Tremendo. Impropio de seres humanos, si es que esta denominación puede darse a individuos de esta calaña. Sí, señoras y señores, algo así aún se estila en el siglo veintiuno.
La hipocresía económica y la falta de humanidad
Estas prácticas las consienten las democracias civilizadas que no aplican sanciones al régimen qatarí. Y es que el dinero es un poderoso caballero y por él se llega a obviar lo que sucede a unas personas que no son tratadas como tal. Parece mentira que quienes apoyan o dicen apoyar la igualdad de género y ser contrarios a la violencia machista miren para otro lado. No solo eso, sino que “premian” a aquel emirato con mundiales y otras competiciones, pagados con su cuantiosa riqueza económica que hacen olvidar la situación que sufren las mujeres allí. Incluso se vincula a ese país con actividades terroristas. Desde luego así se puede denominar lo que sucede dentro de sus fronteras.
Allí aún se cree que la mujer es el sexo débil y se violan sus derechos aplicando una versión equivocada e interesada del Corán, según el cual hombre y mujeres tienen que respetarse mutuamente y gozan de los mismos deberes y obligaciones. También de iguales derechos y libertades. Pero los propios intereses priman más habitualmente que cualquier libro y eso es común en todas las religiones. Si bien en este caso se ha radicalizado.
Pequeños avances
Afortunadamente, en los últimos tiempos, algunas mujeres han logrado participar en campos prohibidos. Estos son la educación, la salud, las instituciones de caridad, las artes, el derecho y los medios de comunicación. Incluso en la política. Aunque su presencia aún es testimonial.
Así pues, que estas seis árbitras, que estas seis mujeres impartan justicia, al menos en los estadios de fútbol, en un país que ningunea a este sexo, es una gran noticia. Aunque a muchos no les gustará verlas sancionar a los jugadores varones. Lo mismo que a Hitler le disgustó ver como el atleta de raza negra Jesse Owens ganaba cuatro oros en las Olimpiadas de Berlín del año 1936, derrotando a los de la “superior” raza aria.
Esperemos que la presencia de estas seis árbitras sirva para que las mujeres de aquel país sean consideradas igual que a los hombres y sean tratadas como merecen, como lo que son. Seres humanos.
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