La RFEF ha sido víctima de un ataque informático. No es la primera vez que el mayor órgano institucional del fútbol español lo es. Fuentes oficiales de la propia RFEF indican que ha sido en el marco de una acción criminal dirigida. Algo muy grave.
La RFEF denuncia la sustracción de documentos, conversaciones y audios privados del Presidente, Luis Rubiales, y el Secretario General, Andreu Camps.
Ya se ha denunciado a la Policía Nacional la sustracción de información de sus cuentas de correo electrónico, así como de conversaciones de texto y audio privadas de ejecutivos del ente federativo. Todo parece indicar que se ha sustraído ilegalmente información de los terminales privados del Presidente y del Secretario General.
El tercer hombre
La situación, delictiva de por sí, se complica aún más. Y es que la Federación piensa que dicha información sustraída pueda haber sido ofrecida a distintos medios de comunicación. La RFEF ha llegado a esta conclusión tras ser un periodista quien ha adelantado a la propia federación la próxima publicación de este material sustraído ilegalmente que el medio ha recibido.
Según el periodista, dice haber obtenido dicho material mediante un informador anónimo que con una voz encriptada le ha contactado y lo ha puesto a su disposición por medio de una aplicación móvil.
El citado medio de comunicación afirmó haber recibido, a través de terceros, contratos confidenciales, conversaciones privadas de WhatsApp, correos electrónicos y abundante documentación del ámbito de la gestión de la RFEF, lo que, de ser auténticos, supondría un delito de revelación de secretos y una violación de los derechos fundamentales de las personas atacadas.
La RFEF ha puesto estos hechos en conocimiento del departamento de Seguridad e Integridad, que va denunciar esta actuación delictiva y mafiosa ante los organismos correspondientes.
Veremos a ver qué sucede los próximos días y las repercusiones que pueda tener. Lo que tenemos bien claro es que esta profesión es digna y respetable, pero quien la ejerce debe actuar de manera que estos calificativos se le puedan otorgar. Los principios éticos de las personas deben estar muy por encima de los intereses económicos o de maquinaciones interesadas de difícil comprensión. De ninguna manera hay que aprovechar material delictivo en beneficio propio ni de un medio de comunicación. Quien hace algo así se convierte en cómplice del delincuente. Hoy ha sido la RFEF la víctima de un ataque informático. Mañana puede ser cualquiera de ustedes o nosotros mismos.
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