Al final son tres puntos, cuando la liga concluya nadie se acordará de si se consiguieron jugando maravillosamente o de mera carambola, lo importante es que contribuyen a engrosar el casillero y te acercan al objetivo final. Los de hoy, el Atlético de Madrid los ha conseguido en base a la insistencia, a fuerza de no desfallecer en la idea, en no caer en la tentación de que cada segundo que fluye sea un peso mas en las botas y una losa en las ideas.
El EDF Logroño saltó al verde de Alcalá muy bien plantado, sabiendo que meterse muy atrás podría ser cavar su propia tumba, o al menos acercarse peligrosamente a ella. El plan, simple, congestionar el centro del campo para anular las maniobras de Meseguer y sus camaradas, acortar los espacios para que Ludmila no encontrara pasillos para correr, perdón, volar; y tener en disposición a Jade para sacar el cuchillo y voltear el resultado a su favor.
Las chicas de la orilla del Manzanares calcaron los inicios de cualquier encuentro en los últimos años, posesión del balón y concesión al rival de una única opción, la de embotellarse alrededor de su área. Así sucedía, dejando en el espectador ese regustillo a «esta película me suena, ya la he visto, y estamos a nada para que las colchoneras marquen un gol». Ocurría todo lo ya presenciado anteriormente salvo la postrera parte del guion, el premio no llegó. Y esto poco a poco iba calando en unas y otras, tanto es así que la dinámica cambió diametralmente. El ambiente ya era otro, el Logroño había conseguido que en la atmósfera se respirara un aire de «pues esto va a costar más de lo previsto». Algún susto esporádico protagonizado por Jade añadía pimienta a un guiso que no estaba planeado con esa receta.
La segunda mitad no cambió en demasía lo que habíamos presenciado anteriormente y Dani González se empecinó en trastocar los objetivos visitantes e introdujo cambios que transformaron a las rojiblancas es un conjunto más dinámico, fresco, incisivo y punzante. Consecuencia de ello el gol terminó por hacer acto de presencia, aunque fue un visto y no visto ya que la colegiada dictaminó que no era legal. Por consiguiente vuelta al cero a cero. Importante esta acción, sí, muy importante. Por varias razones, la primera, la ausencia de VAR. La segunda, que a tenor de las repeticiones parece que el tanto debió subir al marcador. La tercera y mas importante es que nada sucedió, las jugadoras continuaron a lo suyo, a jugar al fútbol, proyectando una imagen de grandeza del balompié femenino. Si esto ocurre en el masculino se hubiera liado más que un sereno de Vicálvaro en el metro de Londres.
Esta frescura de piernas y sobre todo de ideas, unidas a la perseverancia colchonera consiguieron finalmente vencer la resistencia riojana. Primero Deyna y un par de suspiros después, Ludmila, pusieron el luminoso a 22o voltios. El dos a cero a falta de diez minutos mas alargue parecía una distancia lejana para el Logroño, no obstante, las jugadoras hoy de blanco, continuaron desafiando a la supuesta lógica e intentaron perforar las mallas locales. Zozobras en ambas latitudes nos llevaron de la mano hasta que la colegiada decretó la conclusión.
FICHA TÉCNICA
Atlético de Madrid: Pauline, Kazadi, Tounkara, Aleixandri, Van Dongen (Bernabé 75´), Moore (Santos 67´), Meseguer, Amanda (Knaak 74´) , Duggan (Laurent 67´), Deyna (Fernández 86´) y Ludmila.
Entrenador: Dani González
EDF Logroño: Pamela, Cazalla, Ida (Rebbeca 68´), Leti, Inés, Judith (Núñez 81´), Tavlo, Carol (Asantewaa 76´), Chini, Olga y Jade.
Entrenador: Gerardo García
Goles 1-0 Deyna 78´. 2-0 Ludmila 80´.
Colegiada: María Dolores Martínez
Amonestaciones: Tarjeta amarilla para Chini 84´.
Autor: Emilio Mahugo
Fotografías: Atlético de Madrid