Eli del Estal, uno de los estandartes de la Primera Iberdrola de los últimos años, ha conquistado su primer título muy lejos de la que siempre ha sido su casa.
La extraña partida del equipo de su corazón, el RCD Espanyol, estuvo marcada por la sorpresa y seguramente muchos motivos que no se saben y que por el sentir humilde y amor por el escudo perico seguro que nunca se sabrán. El conjunto blanquiazul no estaba atravesando por su mejor momento y ella decidió aprovechar la que ha acabado siendo una de las mejores oportunidades de su vida, y más aún en un año tan complejo como el que ha azotado el COVID a todos los niveles, entre ellos, como ya sucediese en España, el normal devenir de la liga coreana.
La apuesta era mucho más arriesgada que cuando dejó su Santander natal, pero ella estaba convencida que era el mejor momento para hacerlo, tanto a nivel profesional como personal, estaba preparada para la aventura y tenía la madurez suficiente como para trasladar la calidad que atesora no solo en su cabeza, sino también en sus botas, para irse a un país extranjero, pero no a cualquier país, sino a un lugar tan alejado, no solo por la distancia, sino por las diferencias culturales, que es necesario tener una experiencia vital suficiente y madurez para afrontar un reto. Ya a su llegada, como nos manifestó en una entrevista al poco de estar en el país asiático, la habían hecho sentir por primera vez como una futbolista profesional, no tanto por los medios que le ponían al alcance para adaptarse, sino especialmente por el recibimiento que le habían realizado en el momento de aterrizar en Corea.
Y como no podía ser de otra forma, y a pesar de los inconvenientes de haber tenido que demorar el inicio de la competición por el COVID, ella respondió a esa apuesta del campeón de liga con lo que sabe, jugar, correr, luchar, no dar un balón por perdido, y sobre todo marcando goles. Y además se convirtió en la heroína de la final disputada a doble partido por su equipo, el Incheon Hyundai Steel Flames que se proclamaba por octava vez consecutiva campeonas de liga. Y se convertiría en la heroína al ser la asistente en el primer tanto y lograr sentenciar la final en el tiempo añadido con el segundo tanto. Fue una final muy disputada que arrastraba el empate del partido de ida disputado en campo del finalista Gyeongju que no se decidió hasta el último cuarto de hora de partido.
Eli recogería un pase en un balón que parecía imposible, conseguiría controlarlo, sortear a una rival, cuerpear con aquella para conseguir mantener el esférico en sus pies, y por qué no decirlo, con una mezcla de fortuna y duende, pasar el esférico a su compañera libre de marca en el segundo palo Jung Seol-Bin para llevar la locura a la bancada local. Y cuando el partido moría ya en el descuento, a la salida de un saque de esquina conseguía anticiparse a la acción de la cancerbera para anotar el segundo tanto, convirtiéndose con ello además en la MVP de la final, un galardón al alcance de muy pocas jugadoras y que eleva a los cielos a la futbolista cántabra. Eli a sus 27 primaveras ha conseguido la friolera de 9 tantos en su periplo por Corea, unos números que solo superó la temporada 18/19 en el conjunto perico, una entidad que anda falta precisamente de una delantera de sus características después de la lesión de uno de los fichajes estrella de este año Karpova, y que a buen seguro necesitarían y agradecerían de su presencia en las filas del conjunto para intentar solventar la preocupante falta de gol que atesoran así blanquiazules en los últimoss cuatro partidos.
Muchísimas felicidades Eli, esperamos volver a disfrutar pronto y cerca de tu fútbol.
Autor: Enric Solé Altarriba
Fotografía: Eli del Estal