Jugadora de pies a cabeza y con precisamente mucho de esto último, cabeza para rematar el balón como uno de sus puntos fuertes sobre el verde, y cabeza para ser capaz de entender y aceptar un reto de la envergadura de acabar de madurar lejos de la que considera su casa, el Espanyol.
Su atrevimiento y esa virtud de no tener miedo a los retos junto con una necesidad interna de cambiar de aires para volver a sentirse futbolista la llevaron a aceptar el reto de irse a Corea del Sur y descubrir un nuevo mundo, una nueva cultura y porque no decirlo, en cierta forma otra forma de entender el profesionalismo en el mundo del fútbol femenino, un profesionalismo mucho más arraigado y quizás más palpable en los entrenos, en los partidos y en la sociedad que acude a ver los encuentros de la liga del país asiático.
¿Cómo fueron tus inicios en el mundo del fútbol para pasar del atletismo al fútbol?
“Mi padre desde pequeñitas siempre nos pedía que jugáramos, pero empezamos con el atletismo y nos gustó tanto que seguimos. Fue un poco de casualidad el empezar porque no había ninguna categoría de niñas pequeñas o de mayores y En 2013 era complicado jugar en Cantabria porque sólo estaba el Racing que descendió esa temporada y fuimos a verlo y nos gustó. La temporada siguiente iba a jugar en Nacional donde nos consiguieron una prueba y para empezar en el fútbol pensamos que quizás era una categoría más asequible en la que empezar. Por aquel entonces el Racing tenía que dirigirlo Pedro Munitis que en Cantabria es una institución como referente del fútbol. Probamos y nos dijo que nos fichaba”.
“Mi hermana y yo estábamos en atletismo, ella a punto de dejarlo, pero durante dos años lo compaginé porque precisamente ese año había sido subcampeona de España de 400 metros vallas. Pero pasados dos años el cuerpo me dijo basta de compatibilizarlo”.
¿Cómo se llevaba esa compatibilidad entre atletismo y fútbol?
“Cuando te haces más mayor y te empiezan exigir resultados para clasificarte para los grandes campeonatos se hace incompatible porque entrenaba todos los días las dos disciplinas”.
“Los deportes no se parecen en nada ni en entremos ni estímulos para el cuerpo. Tuve la suerte que no he tenido lesiones y me permitía hacerlo, pero físicamente lo pasé fatal porque me daban calambres en las piernas”.
¿Cómo ha sido tu evolución en el mundo del fútbol?
“Pase del Racing al Albacete y posteriormente al Espanyol donde esta era mi cuarta temporada. A nivel personal empecé como algo divertido que me fue enganchando pero entonces no me hubiera imaginado llegar adonde he conseguido llegar porque por aquel entonces tenía unas limitaciones técnicas respecto de mis compañeras muy grandes y al final he tenido suerte de tener buenos ejemplos y buenos maestros que me han enseñado que uno es bueno si hace bien lo que sabe hacer y entender eso muy rápido me ayudó, tirando de mis virtudes, como el físico, el remate y no participar tanto en el juego y entendiendo ese concepto me permitió crecer rápido y llegar adonde he llegado”.
Evolución del fútbol femenino
“Cuando empecé todos me decían que estaba perdiendo el tiempo, más aún siendo profesional en el atletismo. No veían el fútbol femenino como un deporte con futuro alguno. Que era algo para “machirulos”, porque cuando empecé así nos trataban de puertas para afuera. Ahora mismo con el apoyo y viendo que las instituciones se dieron cuenta que puede ser rentable, es lo que ha dado pie que ahora mismo se vea como una posible profesión, aunque aún no lo seamos al no haberse aprobado por el CSD el cambio a profesionales. Pero claro se televisa el Mundial femenino y se ve más a través del televisor que los partidos del mismo torneo masculino”.
“El cambio vino dado también, a mi entender, por el gran impulso que le dio Iberdrola hace cuatro años como patrocinador al fútbol femenino, que se atrevió a apostar por nosotras. Las redes sociales pueden tener gran importancia de cara al futuro pero quien le ha cambiado la cara ha sido Iberdrola ligado al cambio social que ha habido en nuestro país, sacándose la venda en los ojos del machismo y gracias a que las mujeres quieren empoderarse y los hombres ayudan a ello, hace que el deporte femenino no se vea como algo malo, sino que ha hecho que la gente nos conozca con nombres propios, y tengo amigos en que su visión ha cambiado estos últimos años”.
El futuro del femenino
“Yo intentaría copiar buenas del fútbol masculino, pero evitando que se pierda la esencia del fútbol femenino que es jugar porque es tu pasión, porque tengo amigos futbolistas profesionales que no les gusta el fútbol, aunque lo juegan a nivel profesional, van a entrenar y jugar como trabajo en el que ganar dinero, pero no porque les guste o sean apasionados de este deporte”.
“Creo que en el femenino nos falta una historia cultural. Veo entrenar a los infantiles y las infantiles del Espanyol y ellos ya entrenan como si su objetivo fuera jugar ya en el primer equipo y su propio entorno es lo que busca desde ya, tanto entrenadores, como las familias e intentan ayudar a su hijo, pero sigo sin verlo en el fútbol femenino, donde alguno se lo siguen planteando como un hobbie y no como una profesión. Quizás dentro de unos años cuando tengan más referentes las niñas podrán tener esa mentalidad”.
¿Hay un hiperproteccionismo mal entendido en el fútbol femenino?
“Parece que cuando las niñas ganan a los niños hay que darle el máximo de importancia, pero cuando es al revés es como que no pasa nada que es la normalidad, pero cuando se juega al fútbol es fútbol con independencia del género. No entiendo tampoco esa separación entre masculino y femenino en categorías inferiores donde se pueden hacer equipos mixtos y es que a mi entender eso no favorece en nada a las niñas y que a mi entender es algo bueno porque si miras las jugadoras profesionales que tenemos hoy en día. Te favorece el crecimiento, físico, personal y es un aprendizaje muy grande”.
¿La evolución del fútbol femenino crees que ha ido in crescendo también a nivel de modernización del concepto más allá de una reivindicación?
“No se trata de que sea fútbol femenino, porque el fútbol es igual, sólo cambia el género del club y quien le dé al balón. De hecho, mi tesis doctoral va relacionada con esto porque analizo lo de los entrenadores en el mundo del fútbol. No hay que tener una calificación especial o diferente a la que puede tener un entrenador de fútbol masculino, pero es cierto que tener en cuenta con quien estás tratando y entender el fútbol femenino sin pretender hacerte el feminista”.
“En el fútbol femenino le hace falta la profesionalización de todos los estamentos del fútbol femenino, no solo en las futbolistas, sino desde las esferas más altas, y ello lo puedes ver con algunos equipos de la Iberdrola, pero no de todos. Hasta que eso no se asuma en todos los equipos seguirá faltando ese punto de partida necesario. A veces parece que no se busca al profesional para gestionar la sección femenina sin tener calificación alguna es difícil gestionar adecuadamente, y da la sensación que se toman decisiones sólo por apariencia”.
“Da la sensación de que todo el contexto que rodea el fútbol femenino se pretende profesionalizar al mismo tiempo que la profesionalización de las jugadoras, y algunos clubes no lo están haciendo de la manera correcta, mientras que otros como Athletic de Bilbao, Atlético de Madrid y Barcelona y parece que ellos como lo hacen bien entonces parecen los malos. Solo hacía falta ver las redes sociales con lo del convenio que expresaban su opinión sin tener ni idea de lo que estaban hablando. Los que deberían de saber del tema a nivel de gestión del femenino dejan pasar la oportunidad de poner a profesionales en los sitios de dirección que permitiera la adecuada profesionalización”.
“Las jugadoras somos uno de los pilares que sustenta la base pero hay más pilares y hacen falta más pilares fuertes para mantener el fútbol femenino donde corresponde, si no el futuro se puede ir al traste”.
¿Cómo ven la liga española desde fuera?
“La visión es como que en España no hay una buena liga pero que es un sitio atractivo porque creen que va a crecer mucho. Piensan que no es un lugar al que ir como futuro profesional, pero para ellas es como un escalón para poder dar el salto a otras ligas que si las ven como más profesionalizadas como Inglaterra. Ven la liga inglesa o la alemana como ligas súper profesionales, mientras que la española no la ven como un lugar donde crecer, o al menos no ahora mismo”.
La adaptación a Corea
“Mis propias compañeras me dicen que me he adaptado muy rápido. Aquí hay el límite de dos extranjeras favoreciendo a que las selecciones nacionales sean más potentes. Antes que yo estuvieron dos brasileñas durante siete años y nos adaptamos más rápido que ellas. Yo he venido aquí y me han hecho sentir como los jugadores profesionales masculinos. Me vinieron a buscar al aeropuerto, me trajeron flores, me llevaron a una casa, me pusieron un coche a mi disposición, tengo una traductora viviendo en mi casa solo para mí todos los días todas las horas, me tramitaron y acompañaron a hacer el visado y la cuenta corriente, el teléfono móvil. No tiene nada que ver con lo que yo he visto con las extranjeras en nuestra liga”.
“Ello tiene que ver con la cultura. Me ha cambiado la visión que tenía de fuera sobre los asiáticos, entre ellos son diferentes, una vez sales de la zona de confort ves la realidad de los coreanos como una gente súper civilizada, muy agradables, no pueden ver que te falte nada”.
Diferencia entre el fútbol femenino coreano y el español
“Técnicamente la peor de aquí es como Cristina Baudet en el Espanyol. He mejorado más a nivel técnico en unas semanas aquí que en un par de años en España. Lo tratan mucho y lo trabajan mucho y todas tiene mentalidad de profesional con independencia de la categoría en que juegue y lo que cobre. Ese profesionalismo ya viene dado por el hecho que entrenamos los siete días de la semana, pero, es más, es que si por la mañana tienen que trabajar un aspecto concreto del juego, lo hacen por su cuenta, o si tiene que ir al gimnasio lo hacen sin reparo alguno, lo toman realmente como un trabajo”.
“Tienen una mentalidad ligada a la cultura y también que lleva tiempo siendo mentalmente profesionales del fútbol, pero en España es lo que aún le falta en el fútbol femenino. Cuando hacía atletismo donde siquiera hoy se vive de ello, pero si tenías que hacer kilómetros lo hacías porque lo veías como tu trabajo y tu profesión”.
“Me he adaptado muy bien a la comida, aunque realmente la primera semana no notaba los labios porque está muy picante, pero pasado el momento de adaptación ha sido muy fácil porque es un tipo de comida que me encanta, a excepción del kimchi, que incluso veo que desayunan con ese plato típico”.
“Las veo comer una cantidad de arroz impresionante, pero los entrenos deben de ser muy fuertes porque como lo mismo que ellas y es imposible engordar porque estoy como siempre. Su metabolismo en cierta forma es diferente al nuestro y ellos lo reconocen así. Con el coronavirus lasa igual porque ellas llevan máscara pero dicen que es porque su genética es muy mala, como en los días de lluvia que no entrenamos porque dice que no les sienta bien por cómo son”.
¿Cómo son los entrenos?
“No solo las jugadoras o el entorno se basan en tecnificación de acciones, que realmente todos los entrenos dedicamos quince minutos a control más pase. Es que el entrenador que está pendiente de todas porque tenemos un staff muy concurrido y viene a corregirte en todo momento para que mejores la acción técnica, destacando la intensidad y atención que le ponen a cada una de las acciones que conforman el entreno. Es una dinámica de concentración en la tarea brutal, nada reñido a que en los cambios de ejercicio se pueda dar lugar a relajarse y reírse un rato, pero cuando se vuelve a la tarea el nivel de concentración es brutal. En España entras en una dinámica pero que nada tiene que ver con el nivel de concentración que existe aquí”.
“Aquí me siento como profesional. He visto entrenos de equipos masculinos y me siento aquí como si estuviera entrenando en un equipo profesional masculino. Unas diferencias que por desgracia existen aún en España a nivel de diferencia entre el fútbol masculino y femenino. En el atletismo no notaba la diferencia que si he visto en el fútbol donde muchas veces te sientes poco exigida por el hecho de ser jugadora que antes no veía siendo atleta. Creo que prima un exceso de paternalismo. He visto entrenadores que cuando hay que echar una bronca no la echaba como para justificar que quizás me iban a reaccionar mal siendo mujeres”.
“Tenemos un entrenador que había estado en las categorías inferiores y es muy poco coreano, se pone en los fondos a jugar con nosotros, nos dice que intentemos explotar al máximo nuestras virtudes, que quiere que lo intentemos y a ellas también les parece muy poco tradicional. Con eso creo que he tenido mucha suerte”.
Futuro en Corea
“Siempre me he sentido muy ligada emocionalmente al Espanyol que es donde he sido muy feliz. Me llegó la oferta en diciembre e inicialmente la rechacé, pero llegó un punto en el que no sintiéndome tan importante en el Espanyol opté por probar la experiencia en el extranjero para probar un cambio de aires que creía necesario para seguir evolucionando como futbolista”.
“Aún no acabo de entender muchas cosas que engloban a la liga de aquí porque con el coronavirus no nos han dejado más que empezar la temporada. No entiendo cómo se sustenta la liga porque los partidos televisados se hacen en abierto por un canal de YouTube en directo, las redes sociales están paradas y entonces no entiendo cómo se genera el sostenimiento de los equipos en la liga. Es por eso que necesito vivir la experiencia y ver cuán de real hay en todo lo que me han explicado y ver la viabilidad de seguir con la experiencia más allá de esta temporada inicial”.
¿Cómo ves la nueva selección Promises?
“Uno de los motivos de salir a jugar lejos de España también tiene que ver con el hecho de poder volver a la selección, porque en esos momentos me veía estancada en un equipo en el que no generábamos ataque y entonces mi evolución aquí la veo como algo muy positivo. Aquí tenemos mucha competencia, somos cuatro delanteras y a cuál mejor que la anterior, pero aquí estoy aprendiendo mucho y a un ritmo muy rápido y alto. Yo tengo un perfil de delantera más peleona, de juego área o y creo que aquí adquiriré virtudes que antes no tenía y que me harán crecer como futbolista”.
“A nivel de selección si se conoce como una selección con mucho nivel y cartel a nivel internacional. Yo vengo a una liga muy potente en la que no me voy a hacer rica económicamente, pero vengo a enriquecerme a nivel futbolístico y para nada a retirarme y quien conoce de verdad el fútbol femenino sabe del nivel de esta liga y del potencial de este país. Y esta mejora futbolística me tiene que llevar a mejorar en todos los niveles”.
¿Qué mensaje le darías tú a las niñas que les gusta el fútbol?
“Le diría que intentara disfrutar al máximo del fútbol como si fuera cualquier tipo de deporte y valorara lo que es el fútbol, si puede ser mixto mucho mejor, y cuando tenga edad de priorizar si opta por ser futbolista que luche por ella con independencia de lo que le digan los demás porque es su vida”.
El reto de los toques con la cabeza en relación con los pies
“Con la cabeza los toques del balón bien, como ya logré hacer más de cien en más de una ocasión, pero con la cabeza el papel higiénico que lo probé por los challenge de internet es totalmente imposible, y con el pie me costó hasta conseguirlo”.
Autor: Enric Solé Altarriba
Foto principal: Eli del Estal
1ª Foto interior: Jordi Vinuesa