La irrupción de un fuerte patrocinador como es Iberdrola en la temporada 2016-2017 y, sobre todo, la compra de los derechos televisivos, ese mismo año, por parte de un canal en abierto como es Gol, que televisa dos o tres partidos a la semana y la Copa de S. M. la Reina, ha comenzado a dar a conocer al fútbol femenino.
A consecuencia de ello se han batido records de asistencia a los estadios. Cabe destacar los cerca de 14000 espectadores que acudieron al Vicente Calderón, en esa campaña, a presenciar el encuentro que enfrentaba al Atlético de Madrid contra el Barcelona. Este número es más meritorio aún si tenemos en cuenta que a esa hora se disputaba un encuentro de la primera división masculina, el cual registró una peor entrada.
Esta tendencia al alza se está viendo incrementada con el paso de los años. Los clubes se están implicando cada vez más en la promoción de esta categoría futbolística. Así, grandes estadios como La Romareda, Anoeta, el Benito Villamarín, Mestalla, Wanda Metropolitano, etc., han acogido partidos de fútbol femenino con decenas de miles de aficionados en sus gradas. Sólo falta el Camp Nou, pero todo llegará. Está claro que la falta de unas instalaciones deportivas adecuadas merma la afluencia de espectadores.
Otro factor importante en el presumible despegue definitivo del fútbol femenino es el ramillete de afamados equipos que ya disputan la liga Iberdrola: Atlético de Madrid, Barcelona, Athletic de Bilbao, Valencia, Real Sociedad, Betis, Español, Sevilla, etc. que militan también en la liga Santander y mueven una gran masa social. No nos engañemos, el hincha de un club masculino lo es también del femenino.
Ellas se merecen que las tratemos de igual a igual. ¡Viva el fútbol femenino!