Ainara Andrea Acevedo Dudley es uno de los estandartes de la nueva generación de jóvenes arbitras que quiere hacer de este trabajo su profesión, pues, por una razón u otra es su pasión. Acevedo nació en Rosario (Argentina) en 1991, una tierra de fútbol. Se vino a Cataluña cuando era pequeña acompañada de su familia, su gran pilar en esta vida. Cuenta que empezó en el mundo del arbitraje por casualidad: fue un anuncio colgado en el tablón de la Universidad lo que le llamó la atención. Por la escasez de árbitros, tanto hombres como mujeres, todo fueron facilidades. A partir de allí nació su pasión por el arbitraje. Hasta ahora es una de las «privilegiadas» de poder arbitrar en la Primera Iberdrola, de haber accedido a poder pitar en Tercera División masculina y de ser ascendida a árbitra internacional.
¿Cómo empezó su historia con el deporte?
De pequeña jugaba a fútbol con mis hermanos y en el colegio, cualquier momento era bueno para jugar. De ahí di el salto al atletismo, donde estuve hasta los 19 años. Obtuve una beca en el Car de Sant Cugat y al finalizarla volví al fútbol. Pasé por diferentes clubs hasta que el Sant Gabriel me abrió las puertas en Segunda Nacional, con la mentalidad competitiva que me había dado el atletismo, pensaba en poder llegar a Primera División.
¿Cómo entró en el mundo del arbitraje?
Vi un cartel en la Universidad cuando aún estaba jugando a fútbol. El cartel decía que conocer el reglamento te podía ayudar a conocer mejor el fútbol y ser mejor como jugadora. Allí descubrí una carrera deportiva más estable que la de jugadora. En aquel momento veía como el fútbol femenino no tenía recursos y la mala situación de las jugadoras, que al acabar la temporada no tenían equipo o iban cambiando de uno a otro. Además, la normativa me impedía alternar el silbato con el juego, así que me decante por el arbitraje. Es una decisión muy dura, porque sacrificas muchas cosas, pero al mirar atrás y ver todo lo que he dado, luchado, conseguido siempre decido seguir adelante.
¿Haber jugado a fútbol ayuda a la hora de arbitrar?
Así es, al haber jugado comprendes mucho mejor el deporte. El arbitraje no es solo silbar faltas, decidir si puedes seguir o no, si hay espacio o no, si dejas ventaja o no…
¿Qué le atrae del arbitraje para seguir arbitrando?
Primero que es fútbol y es lo que me gusta desde pequeña. Después, el haber empezado tarde como futbolista, vi que con el arbitraje podía llegar a cotas que como futbolista no hubiese podido alcanzar. Sirva como ejemplo el hecho de que he podido pitar un partido de Champions. Yo creo que puedo aportar algo al fútbol como árbitra.
¿Es más difícil llegar a lo más alto como árbitro siendo mujer que hombre?
Yo he vivido una total igualdad junto con mis compañeros. De hecho, me inicié con un compañero y hemos ascendido a Tercera División en el mismo momento. El comité de árbitros de tratan en igualdad de condiciones.
¿Recuerda su primer partido?
Fue un partido de prebenjamines en Can Carelleu. Recuerdo los nervios de la noche anterior, que vino a verme un árbitro de Tercera División y no darme cuenta que el portero iba del mismo color que el resto del equipo, estaba tan centrada en el reglamento y en no equivocarme que se me pasó algo quizás más obvio como el color de la camiseta.
¿Cuál es su designación más importante hasta el día de hoy?
Las dos ultimas temporadas han sido muy intensas. Como cuarta árbitra fui a la final de la copa de la reina y formé parte del equipo de toma de decisiones. También fui cuarta árbitra en dieciseisavos de la Champions. Debuté como principal en Tercera División masculina. Pité en San Mamés los cuartos de final de la Copa de la Reina.
¿Cómo ve el futuro del arbitraje femenino, tanto en España como a nivel internacional?
Está en un momento de crecimiento, hemos pasado del fútbol regional al profesional. Nos están dotando de recursos. La profesionalización, no solo de como te preparas en los partidos, sino la forma de comportarte, de dedicar mucho más tiempo, volcarse aún mucho más.
¿A nivel internacional, están más profesionalizadas o preparadas?
En España hay un nivel muy alto, pero fuera están muy preparadas y la competencia es muy alta.
Nosotras nos vemos como un equipo, vamos todas a una para demostrar que el arbitraje español es fuerte y puede ser uno de los mejores del mundo.
¿Habrá VAR en la Primera Iberdrola?
Debemos entender que se trata de un recurso con un coste. Hay otras ligas de fuera que no la pueden asumir. En el fútbol femenino no se cuenta de momento con ello. Aquí en España estará en la primera y segunda masculina. Nos gustaría, claro esta, pero somos realistas con lo que hay hoy en día.
¿Qué mensaje enviaría a las para que se animaran a probar el arbitraje?
Necesitamos ser más mujeres. Hay que probarlo. La experiencia personal que estoy viviendo es indescriptible, momentos mágicos, rodeada de futbolistas de élite y tengo una carrera deportiva por delante. A veces no se nos ve como deportistas, pero en el fondo somos igual de deportistas que las jugadoras de fútbol.
¿El curso de arbitraje aporta mayor conocimiento del reglamento que puede facilitar el jugar?
Hay jugadores y jugadoras que están con el reglamento al dedillo y te hacen incluso preguntas en el campo. Al final su trabajo es jugar y prestar atención al juego, no tanto al trabajo del árbitro. Solemos dar charlas a los clubs para hacer llegar las modificaciones y que la ayuda sea mutua. Creo que cada uno tiene su carácter y ello lleva no tanto a que puedas explicar si no que te dejen.
¿Con qué vería satisfecho él clímax de tu carrera?
Cualquier árbitro sueña con la Primera División. Sin embargo, con independencia de donde estés tienes que silbar como un profesional. Mi sueño real ahora mismo es la Segunda División B, que es muy difícil. Una vez allí intentaré mirar más arriba.
¿Qué ha de tener una persona para arbitrar?
Ser responsable, porque tienes que gestionar muchas cosas (empiezas sola) y tienes la responsabilidad de organizarte los fines de semana, hacer el acta y sin olvidar que ejerces un servicio de cara al público. Otras cualidades básicas son el respeto, ser sacrificada para prepararte física y mentalmente y tener perseverancia.
¿Ha tenido que hacer muchos sacrificios a nivel personal para lograr tus objetivos?
Sí, hay que hacer muchos sacrificios. En el fondo el arbitraje es un deporte de élite, las personas que arbitramos somos deportistas que nos hemos de preparar a nivel físico, nutricional y mental, todo ello implica tiempo.
¿Está bien pagado?
Las personas que arbitramos no lo hacemos por dinero. Obviamente, aspiramos a poder dedicarnos. Comparándolo de nuevo con el jugador o la jugadora, veo a muchos futbolistas que lo hacen con independencia si les permite vivir o no. Como árbitro hice una lista de pros y contras en el momento de decidir entre futbolista y árbitro. En esta lista creí que el arbitraje me ayudaría a crecer a nivel personal, en habilidades sociales, a desenvolverme en público, tengo más empatía ahora que antes, me informo mucho más ahora que antes. Me ayuda a nivel personal, profesional y familiar. Actualmente como árbitra no tengo contrato profesional y mis ingresos no llegan a un mínimo de 1000 euros al mes, con lo que no me da para vivir. Pero no olvidemos que estamos en pleno desarrollo del arbitraje femenino, y al igual que sucede en el fútbol femenino quizás en un futuro la situación sea diferente.
¿Siendo arbitra, ser madre sería complicado?
Recientemente se ha publicado una circular con la Licencia para la maternidad. Ya no es necesario gastar la excedencia (como lo era antes) y te mantienen categoría igual.
¿En la estructura arbitral hay muchas mujeres?
De momento no somos muchas pero cada vez se quiere que haya más. En Catalunya tenemos desde enero una exarbitra Ana Zardain que ha vuelto como responsable del arbitraje.
¿No tiene la sensación de que hay un cierto sensacionalismo con el tema del fútbol o el arbitraje femenino?
Hay que aprovechar los medios de comunicación para enseñar los buenos referentes, en positivo. Enseñar lo malo no tiene mucho sentido. Creo que se debería de proteger más la imagen del fútbol porque se hacen cosas muy buenas que forman a las personas y no se enseña.
¿Recuerda alguna anécdota especial durante su carrera como arbitra?
He arbitrado algunos partidos muy tensos, pero los disfrutas. Aunque te llevas malas experiencias, las buenas experiencias prevalecen sobre el resto y es con lo que te quedas. Salir de un partido de fútbol base y llevarte una felicitación te llevas una alegría que compensa todo.
Autor: Enric Solé Altarriba
Fotografía: Fátima Ortiz