Cuando Lluís Cortés saltó al primer plano deportivo al lograr junto al gran Helene o de su staff y plantilla que el FC Barcelona pasase a ser el dominador del fútbol europeo al conseguir un triplete histórico con la primera Champions femenina de la historia para la entidad, muchos pensaron e hicieron símiles con Josep Guardiola. Similitudes que encontraron especialmente porque el conjunto dirigido por el técnico de Balaguer mantenía el estilo y la filosofía que se relacionaba inexorablemente con el cuadro azulgrana, una filosofía que parecía haberse difuminado en el tiempo en la sección masculina.
Pero Lluís Cortés tiene una personalidad diferente y seguramente en su fuero interior tiene otros objetivos y otras metas. Mientras el de Santpedor optó por probar otras ligas antes de asaltar el objetivo que tiene en mente de ser seleccionador de algún combinado nacional, el de Balaguer, a pesar de tener ofertas de muchos clubes de primera línea del panorama mundial, a pesar incluso de haber sonado para dirigir el cuadro femenino del club en el que se encuentra actualmente Guardiola, se ha decidido por una aventura que va más allá de ser seleccionador.
A Lluís (si él me lo permite que le tutee) le atraen los proyectos y se ha decidido por un país, por un combinado nacional que sueña no solo con organizar la Eurocopa de 2025, sino que sueña con llegar a aquella como un combinado que da un salto que no un paso adelante dentro de la esfera del crecimiento del fútbol femenino en Europa. Y para ello han decidido apostar por un técnico que desde sus inicios humildes en clubes de su ciudad y alrededor, desde su llegada a la selección catalana, desde su paso como analista por el conjunto al que finalmente acabaría dirigiendo consiguiendo todos los títulos a su alcance, se ha mostrado como un gran profesional que además tiene el don de saberse rodear de personas que van en la misma línea que la que marca como entrenador y director de un staff.
Es un gran reto porque el conjunto ucraniano, además de tener el reto de la Eurocopa de dentro de cuatro años, tiene antes el reto del Mundial de 2023 donde además para clasificarse tiene en su grupo a la selección española que cuenta precisamente entre sus filas con muchas de las jugadoras que en su momento estuvieron bajo la batuta de Cortés. Será apasionante ver si la mano del entrenador puede llevar no solo a evitar el 0 a 6 del último enfrentamiento entre ambos combinados nacionales, o incluso llevar a competirle los puntos al combinado de Vilda en el doble enfrentamiento que tendrá lugar.
Una gran prueba de fuego para un entrenador que en el Barcelona podía escoger las mejores jugadoras y que en Ucrania podrá escoger las mejores del país, si bien deberá mejorar sus prestaciones porque queda claro hasta el momento que no son suficientes como para ser competitivas a nivel europeo, ya no digamos a nivel mundial.
El tiempo dirá si Cortés ha tomado la decisión correcta, si el de Balaguer ha acertado con el proyecto y el proyecto con él. Por si acaso se dice que existe en el contrato una cláusula que le liberaría caso de llegar alguna oferta de un gran club que realmente le resultara más atractiva. Si no ha llegado hasta el momento un proyecto que le apasione más, veremos si éste puede existir o si Cortés cumplirá con el hito de hacer crecer el fútbol ucraniano y ponerlo en la esfera internacional.
Autor: Enric Solé
Fotografía: Isa Plaza