Se acabó la huelga arbitral, la drástica medida a la que se vieron obligadas a recurrir para defender sus derechos las colegiadas, tras alcanzar al fin un acuerdo las partes implicadas. La liga F es la primera liga profesional de fútbol femenino. De hecho, es la LPFF, la institución que denominan estas siglas la organizadora. Hay algunos problemillas sin importancia en esta liga profesional.
El primero que nos toca en la actualidad. Las árbitras, fundamentales para que se disputen los partidos, tiene unas condiciones laborales y salariales pírricas.
La segunda cuestión son las futbolistas. Ellas están aún pendientes de la renovación del convenio colectivo. Ese que se firmó por primera vez hace un año, tras negociaciones más largas que telenovelas venezolanas. Al final, las jugadoras fueron a la huelga y los actores de las negociaciones terminaron de rodar la película. Esta se puede considerar de tipo B por sus condiciones dudosamente favorables a sus estrellas, las protagonistas del filme, las Reinas del balón. Pero bueno, se presentó en el Congreso de los Diputados nada menos. La Igualdad de género da muchos votos a los políticos que luego poco la procuran. Pero esa es otra cuestión. ¿O quizás no?
Y es que el mal endémico de este país es no tratar a las mujeres de igual a igual que a los hombres. En el fútbol femenino esta diferencia se agrava más. Quizás por existir aún en el siglo XXI ciertas estigmatizaciones hacia las mujeres. Y determinados cánones en la sociedad que tiende a encasillar a cada individuo en un lugar determinado.
Esto ocurre desde la más tierna infancia. Las niñas deben jugar con muñecas y los niños con coches. El rosa es el color de las niñas y el azul el de los niños. No hay más colores en el arcoíris. ¡Ah sí! El rojo de la vergüenza de quien como si fuese un divino justiciero asigna a sus semejantes un rol a su antojo. El fútbol es cosa de hombres. Es una frase que dan por buena muchos ignorantes del deporte femenino y carentes de la educación y razonamiento humano.
Hay quien cree que esto se soluciona simplemente colocando a las mujeres en puestos ministeriales o de altas directivas empresariales. Craso error. La mujer debe ser tratada igual que el hombre y ocupar el puesto de trabajo que su valía determina como justa. Nunca por encima, nunca por debajo. Porque el feminismo es tan pernicioso como el machismo. Ambos son extremos de una balanza cuyo fiel ha de quedar equilibrado.
Pero, más allá de las personas, existen colectivos que están formados por ellas. Estos colectivos, sí han de ser tratados igual, ya sea en raza, sexo o religión. Si ya lo dicen las Naciones Unidas en su más conocido tratado. La pena es que este punto se suele obviar. Es por eso que el colectivo, en este caso arbitral femenino, debería tener las mismas condiciones laborales y salariales, así como derechos y deberes que los hombres.
¿Reuniones? Hasta el infinito y más allá
Tras numerosas reuniones, a última hora de ayer llegaron a un acuerdo la Liga Profesional de Fútbol Femenino y la RFEF que es quien aporta las árbitras desde el Comité Técnico arbitral (CTA). El día anterior expuso Yolanda Parga, máxima responsable femenina del comité, el sentir arbitral. De un colectivo que solo buscan acercarse a los hombres en derechos. Al fin y al cabo, es una liga profesional o eso la llaman. Como tal deberían ser tratadas las que la integran. No es solo contratar unos jugosos beneficios televisivos que aportarán 35 millones en 5 años a los clubes. También se trata de pagar a las trencillas lo que el sentido común y del deber obligan.
Finalmente, este fue el acuerdo:
- Arbitra principal: pasan de 300 euros a 1.666 euros por partido.
- Asistentes: pasan de 166 euros a 1.066 euros por partido.
- Cuarta árbitra: pasan de 84 euros a 250 euros por partido.
De eso nos informa una nota de prensa de la LPFF fechada el día de ayer a las 23:30 horas de la noche. En ella defienden su postura, atacan a la RFEF opinando que no cree en el fútbol femenino y dicen que la petición salarial de la RFEF es onerosa pues suponía “un gasto arbitral de 5 millones de euros por temporada, esto es, el 70% de los ingresos audiovisuales”.
Acaban el comunicado dando las gracias a “la unión y firmeza de clubes, futbolistas, aficionados y opinión pública” que, según ellos, ha existido, la cual “ha conseguido que el colectivo arbitral entrara en razón”.
Comunicado de la RFEF
Por su parte, el comunicado de la RFEF es diametralmente opuesto. Solo coincide en el de la LPFF en elogiar el papel mediador del CSD. Sin duda, ha sido determinante.
Llama la atención en el comunicado que obvian incluso la existencia de la LPFF, ya que no la mencionan. Así, hablan de “una sucesión de conversaciones entre el CSD y la RFEF”.
Ponen énfasis en el papel del CSD y la RFEF para que se dispute la 2ª jornada, que será primera, de la Liga F y dice que ambos “refuerzan su apuesta por el fútbol femenino a través de la consolidación de unas partidas presupuestarias que han derivado en un pacto pionero que permitirá el arranque de la Primera División del Fútbol Femenino”.
Señalan que las negociaciones entre CSD y RFEF han fructificado en un acuerdo que califican como “histórico para la profesionalización del estamento arbitral en el fútbol femenino”.
Claves del acuerdo
Continúan informando de un punto importante. “En el marco de un acuerdo para seis temporadas, el CSD aportará durante las tres primeras una cantidad de 350.000 euros extras por año, que irá destinado a un fondo fin de carrera del que las árbitras podrán disponer una vez finalizada su trayectoria profesional”. Por su parte, “la RFEF aportará la misma cantidad durante los tres primeros años a la LPFF mediante el Convenio de Coordinación, para ser destinados íntegramente a los clubes para hacer frente de los arbitrajes de la competición”.
Y concluyen informando que “a partir del tercer año, y hasta la expiración del acuerdo, serán la LPFF y los clubes los que se hagan cargo de estas cantidades con la progresividad y las adaptaciones consensuadas”.
¿Continuará? Nos tememos que, a este serial, como a otros, le quedan aún muchos capítulos
Autor: Luis Fernando Ramos
Fotografías: RFEF