A solo una semana del comienzo de la Liga Profesional, el CSD ha resuelto sobre el número de extranjeras no comunitarias que puede tener un equipo de fútbol.
Por extranjeras no comunitarias hay que entender a las futbolistas que no sean de países de la Unión Europea, Suiza u otra nación que tenga suscrito algún tratado con la UE.
La RFEF abogaba por solo dos por equipo para que la cantera española tuviese más oportunidades. Por el contrario, la postura de la LPFF era diametralmente distinta y creía conveniente que ese número fuese ilimitado para potenciar la liga española. Normalmente, cuando dos discrepan y uno media, este acaba decidiendo dictando una decisión salomónica entre las dos posturas.
Comunicado
Finalmente, el Consejo Superior de Deportes ha emitido un comunicado en el que zanja todas las divergencias.
En primer lugar, certifica que “se establecerán en 16 el número de equipos que participarán en la liga de fútbol femenino la temporada 2022-2023, determinándose un número de descensos de dos equipos de dicha categoría a la inferior y de dos ascensos de la categoría inferior a la Primera División de Fútbol Femenino” y añade que esto será así a no ser que RFEF y LPFF acuerden lo contrario.
En cuanto al número de extranjeras no comunitarias, el CSD resuelve que lo mejor es: “Establecer en 9 el número de extranjeras no comunitarias por equipo”. Esta cantidad como máximo serán “las que estén autorizadas para jugar en la Primera División en la temporada 2022-2023”.
Además de esta cantidad, puntualiza que “en ningún caso puedan alinearse de forma simultánea más de 7”.
También señala el comunicado que este número se irá reduciendo paulatinamente. Así, en la temporada 2023-2024 serían 5 el número de extranjeras no comunitarias. En la siguiente, 2024-2025, la reducción será mayor y su número quedará en un máximo de 3.
Con esta resolución muchos clubes quedarán limitados en recursos foráneos, si bien no tendrán demasiados quebraderos de cabeza.
Precedente
Esto de los/las extranjeros/as no comunitarios/as surgió en el fútbol masculino con un jugador belga llamado Jean-Marc Bosman. Este militaba en el Lieja que le ofreció la renovación de contrato, que rechazó, le incluyeron en lista de transferibles con una cláusula de indemnización de 11.743.000 francos belgas. Esto impidió la cesión al USL Dunkerque francés. Bosman interpuso una demanda a su equipo, el Lieja, la federación belga y la UEFA amparándose en el Título Tercero del Tratado de Roma. Este es uno de los de la UE, concretamente el que establece la libre circulación de trabajadores por el espacio de la Unión Europea. La sentencia le fue favorable y desde entonces existe la Ley Bosman que convierte, a todos los efectos, en nacionales a los futbolistas de la Unión Europea.
A partir de entonces, aumentaron notablemente las peticiones de doble nacionalidad. Por lo tanto, quedó resuelto el problema para los equipos. Ahora sucederá igual en el fútbol femenino. Pero, por favor, cuidemos la cantera. Esta es el futuro. De lo contrario, alegrías como la que nos han dado la selección española sub 20, al ganar el Mundial, no volverán a suceder.
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