La pandemia ha afectado también el mundo del fútbol; agravando en muchos casos las deficiencias financieras y de organización que ya venían enfrentando los clubes. En este contexto, en latinoamérica se hizo más evidente la problemática que vienen padeciendo las, todavía incipientes, ligas profesionales. En el caso del fútbol aficionado, la realidad que para la mayoría de clubes el fútbol femenino no es un verdadero proyecto, sino que sigue siendo una carga impuesta por el Reglamento de Licencias de Clubes de la Conmebol.
Esta realidad nos muestra la relevancia que tienen las asociaciones (en el sentido general de la palabra) de jugadoras, actores y/o simpatizantes del fútbol femenino en la lucha por el respeto de los derechos de las jugadoras y el desarrollo de esta rama del fútbol. En efecto, mucho sentido tiene la frase «la unión hace la fuerza», pues resulta más eficiente buscar el cumplimiento de condiciones de manera organizada y conjunta.
Diversos son los beneficios de agruparse, bien lo sabe Ecuador que a la fecha, es el último país latinoamericano en poner en marcha un instrumento asociativo que busca desarrollar un plan integral de fomento del fútbol femenino en el país. «Unidas por el fútbol«, es una iniciativa de un grupo de jugadoras y un entrenador que, desde el aislamiento, ya vienen trabajando por el fútbol femenino nacional a través de reuniones con dirigentes y jugadoras de los clubes, así como con autoridades de la federación ecuatoriana de fútbol. Se proyecta su formalización conforme a las normas nacionales.
Del mismo modo el informe de FIFPro «Raising our game», incluyó entre los principales acontecimientos del fútbol femenino sudamericano la creación de la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino (ANJUFF) en Chile, asociación que desde 2016 busca regularizar y mejorar las condiciones en que se desarrolla el fútbol femenino chileno. Cabe indicar que la ANJUFF se crea incluso sin contar con un fútbol femenino con estatus de profesional, pero sus dirigentes ya han sido parte de la agenda de la Comisión de Deportes de la Cámara de Diputadas y Diputados. Junto a esta asociación, el fútbol femenino chileno tiene otros aliados, como la Corporación de Fomento de Fútbol Femenino (COFFUF), cuyo apoyo apunta a ver el fútbol como instrumento de inclusión social a todo nivel.
Uruguay es otro país con fútbol femenino aún aficionado que cuenta con una asociación de jugadoras. La Organización de Futbolistas Uruguayas (OFU) conformado por jugadoras de los principales clubes uruguayos se creó para nuclear intereses y necesidades del fútbol femenino y, desde 2019, viene alzando la voz en la lucha por los derechos de sus miembros de manera regular; contando con el respaldo, al igual que la ANJUFF, del sindicato de fútbol profesional de su país. Debemos resaltar que actualmente, tanto en Uruguay como en Chile, ya se cuenta con jugadoras con contrato profesional, incluso equipos enteros en Chile (Colo Colo), lo cual sin duda es un gran paso hacia la profesionalización de la rama femenil.
El informe de FIFPro también menciona como hecho relevante del fútbol sudamericano, la creación de la Asociación de Futbolistas Colombianas (AFUTCOL) en 2019, que busca proteger los derechos y representar los intereses de las futbolistas y ex futbolistas de todos los niveles, así como fomentar el estudio, investigación, gestión y desarrollo del fútbol femenino. Colombia es uno de los países que nos ha enseñado que la lucha del fútbol femenino va más allá de la búsqueda de la profesionalización, pues sigue buscando una liga profesional que realmente garantice condiciones para el desarrollo de sus futbolistas.
Finalmente, Argentina cuenta con la Asociación Femenina de Fútbol Argentino (AFFAR), creada para promover el crecimiento y desarrollo del fútbol femenino del país y que actualmente forma parte de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA). Además, desde 2018 Argentina cuenta con el apoyo de la «Coordinadora sin Fronteras de Fútbol Feminista«, conformada por jugadoras de todos los niveles que buscan, básicamente, un fútbol libre de todo tipo de violencia. Esta organización tuvo un papel de acompañamiento importante en los partidos de repechaje hacia el mundial Francia 2019. Del mismo modo, existen varios colectivos, del que también forman parte jugadoras, que alzan la voz cada vez que se vulneran o ponen en riesgos los derechos de las jugadoras. Así, el fútbol femenino argentino ganó batallas importantes el año pasado, como la misma profesionalización y el reconocimiento de derechos a jugadoras embarazadas.
Autora y Fotomontaje: Yuri Nakazaki