No es un puñetazo en la mesa, es el martillo de Thor golpeando con toda su intensidad. Ni más ni menos es lo que ha realizado el Atlético de Madrid, y es que cuando un equipo, mas teniendo en cuenta las bajas anunciadas de su emblemática portera y de un peso pesado como la lateral mexicana, anuncia la renovación de su entrenador y pocos días después corrobora la acción con la continuidad de la capitana de la nave hasta el año 2022, supone toda una declaración de intenciones. Un claro aviso que hasta los mas despistados percibirán, el Atleti quiere continuar por la senda del triunfo, recorrer los caminos de la excelencia en el juego.
Decir Amanda Sampedro, es decir Atlético de Madrid Femenino, para escribir su nombre hay que utilizar tinta roja y blanca. No se puede hacer de otro modo. Imposible. Imposible. Lleva, ¿cuántos años? Toda la vida, toda la vida vistiendo las rayas rojiblancas, luciendo el escudo de la osa y el madroño y además durante ya muchas temporadas portando el brazalete de capitana. Lo máximo para alguien que para acunarla le susurraban aquello de «yo me voy al Manzanares…»
La mediocampista que actualmente cuenta con 27 años continuará ligada al club de sus amores hasta el año 2022, refrendando un cariño mutuo que se dilata a lo largo del tiempo. Amanda más allá de momentos álgidos o situaciones mas bajas, por las que todas las jugadoras pasan a lo largo de sus carreras e incluso en el transcurso de una temporada, se ha convertido en una pieza clave en la sintonía del Atlético de Madrid. El medio campo colchonero es complicado de entender sin ella, o sin Sosa, o sin Meseguer. Y estas tres piezas generan mucho y buen fútbol.
Alegría por la renovación, no es para menos. Por otro lado es curioso que tanto la capitana del femenino como el capitán del masculino sean vallecanos.
Algo tendrá Vallekas.
Autor: Emilio Mahugo
Fotografía: Lorena Peña