Casi cuatro meses han pasado desde aquel fatídico partido de Primera Iberdrola en Lezama entre Athletic Club y Levante UD. Fatídico para las granotas porque, pese a la victoria, sufría las lesiones de larga duración de María Valenzuela y María Méndez.
La central asturiana María Méndez (Oviedo, 10/4/2001), arrancaba su tercera campaña consecutiva en Primera Iberdrola, la segunda en el Levante tras un excelso debut en la máxima categoría con la camiseta del Deportivo ABANCA. La ovetense, una de las capitanas y asentada como fija en los esquemas de Ángel Villacampa, también lo era en la selección española sub 23. Además, esta última fue la de su debut en Champions, donde las granotas cayeron ante el transatlántico Olympique de Lyon.
Todo se torció en Lezama
Era partidazo en Bilbao. El Levante visitaba a un Athletic de Iraia Iturregi que arrancaba como un avión la temporada. Ganaban las rojiblancas por un gol a cero a apenas cinco minutos del descanso, cuando María Méndez intercepta una pelota larga bilbaína y, tras pared con su medio centro ante la oposición de Lucía García, la rodilla de la asturiana se queda clavada en el verde. Dolor, mucho dolor y momentos de mucha incertidumbre en una grada donde, además, se encontraba la familia de la central.
Se cumplieron los peores presagios
Las sensaciones no podían ser positivas en ningún caso. Tras salir de Lezama con mucho dolor y esperando un diagnóstico que no pintaba bien, ya en Valencia, hubo que esperar cinco días para recibir un resultado que cumplía con los peores presagios: rotura de ligamento femoro patelar de la rodilla derecha, junto con luxación de rótula.
El dieciocho del mismo mes, noviembre, María fue intervenida con éxito en el hospital IMED de Valencia y, desde ese día, sólo un objetivo: volver.
Una recuperación sin prisa, pero sin pausa
Quedaba por delante un largo proceso de recuperación, pero la ilusión y las ganas de volver a ser referencia en la zaga de uno de los mejores equipos del país hacían a María Méndez no perder ni un ápice de fuerza desde el primer día post intervención.
Tres semanas con prótesis sin poder doblar la pierna, jornadas incansables de trabajo en la ciudad deportiva de Buñol, gimnasio acompañada de fisios, preparadores y readaptadores del club para flexionar cada día más y coger fuerza en la pierna, que hacían avanzar una recuperación en la que la rodilla respondía cada vez mejor. Quizás la peor etapa del proceso.
Poco a poco, volver a pisar el césped y hacerlo corriendo era una realidad, hasta que el treinta y uno de enero, la recuperación da un pasito más, este de gigante, y el balón empieza ya a hacerse notar. Cada vez más cerca.
Objetivo: Real Madrid
Ya en la fase final del proceso, en el horizonte de María un partido. El fin de semana del veintiséis y veintisiete de marzo el Levante visita el Alfredo Di Stefano para medirse al Real Madrid en uno de los choques que puede dirimir el futuro en la competición de ambos equipos. Ese es el encuentro que la ovetense tiene entre ceja y ceja marcado a fuego para volver.
Sería así, más de cuatro meses después de la operación, el cierre del círculo del que ya es el peor momento en la carrera de una futbolista de presente contrastado en Primera División, y de un futuro más que próximo de marcar una década en la retaguardia de la selección española de fútbol.
Autor: Carlos Álvarez
Fotografía: Levante UD