Patricia Pérez, la Jefa de Prensa de la selección española, acudió en calidad de testigo a la Audiencia Nacional y declaró que fue presionada para que intentase convencer a Jennifer Hermoso de que dijese que el beso con el expresidente de la RFEF, Luis Rubiales, fue consentido como «un gesto mutuo totalmente espontáneo por la alegría inmensa».
Una vez en el juzgado, Patricia entregó su móvil para que se procediese a su volcado de mensajes y ratificar así su versión. En él hay “información relevante para el caso”, según corroboran fuentes jurídicas.
El juez que investiga los hechos es Francisco de Jorge, titular del Juzgado Central de Instrucción Nº1.
La Jefa de Prensa de la selección española, Patricia Pérez, acudió a declarar con su abogado.
Hace semanas, el director del Departamento de Integridad, Miguel García Caba, trataba de aclarar y depurar responsabilidades sobre este asunto. Sin embargo, hace unos días fue cesado en su cargo. Él era una de las personas que no querían las jugadoras.
Declaración
En su declaración, Patricia Pérez dijo que las presiones se produjeron a la vuelta de la celebración de la victoria española en Australia. Manifestó que, en el camino de vuelta a España, el director de comunicación Pablo García Cuervo le encargó que le mostrase a la futbolista un comunicado elaborado por él mismo en el que aparecían citas textuales puestas en boca de la futbolista.
Jennifer Hermoso desmintió el contenido de aquel documento en el que se afirmaba que la jugadora había considerado el beso «anecdótico«. La respuesta de la Federación fue llamar a Patricia Pérez para hablar con la sección de Integridad, entonces a cargo de Miguel García Caba.
Al llegar a la Federación, dijeron a la jefa de prensa que acudiese al despacho de Luis Rubiales, en el que se encontró una multitud de personas inesperada y poco habitual en una reunión de estas características. Allí fue donde, presuntamente, fue presionada por el mismo Luis Rubiales y otros hombres de su confianza.
Lo cierto es que estamos ante un hecho muy escabroso. Si como se deduce, Patricia Pérez fue presionada para que coaccionase a Jennifer Hermoso, estaríamos hablando de prácticas poco menos que mafiosas. Máxime si, finalmente, deriva en la destitución de la acusadora por el simple motivo de serlo. Todo podría suceder. Vamos a ver en qué queda todo.
Autor: Luis Fernando Ramos
Fotografía: Javier Lizón / EFE