En estos años de auge del fútbol femenino, en este tiempo en que se idolatra a jugadoras como Ada Hegerberg (la primera mujer ganadora del Balón de Oro de fútbol), viniendo como venimos del auge de las norteamericanas, conocidas a nivel mundial, desde Hope Solo a actualmente Alex Morgan, a veces parece que se nos haya olvidado de dónde venimos.
Y no venimos de mundos diferentes al del fútbol masculino, al del joga bonito que desde antes del mítico Pelé ya se jugaba en las calles brasileñas. Unas calles brasileñas en las que se inició Miraildes Maciel Mota: una brasileña nacida en Salvador de Bahía un 3 de Marzo de 1978. No hace más que 41 años de ello. Y es precisamente esta edad, los años de la jugadora brasileña conocida mundialmente como Formiga, la que nos tiene que dar la visión de dónde venimos y dónde estamos. Quizás con el tiempo cada uno llegará a la conclusión de hacia dónde caminamos y donde queremos llegar.
Formiga que para hacer un símil curioso con el significado de su nombre: el de esa hormiga que poco a poco va haciendo camino de forma discreta, humildemente, pero sin parar de caminar, ni de construir, una trabajador incansable. La brasileña ha sido capaz de perdurar y seguir teniendo un hueco con el paso de los años en la Seleção Brasileira, esa a la que le dan tanta importancia e idolatran pertenecer en su país, donde le debieron de meter en el ADN esa pasión, ese trabajo, esa humildad, etc. Formiga lleva muchos años peleando por estar y, con ello, sobreviviendo a algunas jugadoras más jóvenes. Quizá muchas de esas jugadoras no tuvieron que vivir esos años de ostracismo, ni han tenido que ir haciendo camino tan lento pero a la vez tan tenaz viniendo de donde viene y de los años que en su juventud le tocaron vivir.
Esta brasileña es una mujer de récord, es una futbolista de leyenda, es una persona a quien respetar y de quien aprender. Empezó a jugar a fútbol a los 12 años, y ante la ausencia de referentes en el fútbol femenino, la brasileña tenía como referente a su compatriota Dunga. Con sus 162 centímetros de altura debutó en el fútbol brasileño en el año 1993 en el São Paulo Futebol Clube, un club fundado en 1930 en la ciudad de São Paulo, equipo que en el 2008 logró el Campeonato Brasileño y que posteriormente se convirtió en el primer tricampeón consecutivo y primer hexacampeón de dicho torneo, y esto en un fútbol brasileño bastante parco en cuanto a clubs se refiere resulta un tanto habitual.
Nuestra protagonista ha desarrollado su actividad futbolística hasta en 4 países diferentes (Brasil, Suecia, Estados Unidos y Francia) y 14 equipos. Después de disputar algunas temporadas en Brasil, des del año 1993 al año 2003, optó por buscar nuevo retos al otro lado del charco y ello la llevó a jugar en Suecia para el Malmo FF Dam donde estuvo los años 2004 y 2005. De ahí volvió a cruzar el charco, pero en esta ocasión se fue al norte, a Estado Unidos donde estuvo jugando una temporada con los en Jersey Wildcats y otra con los Jersey Sky Blue, equipo que abandonó en 2007 para volver a su país natal para jugar, primero para el Saad Esporte Clube y el Botucatu Futebol Clube. En el año 2008, fue escogida en el Draft americano por el FC Gold Pride, siendo escogida por delante de Kelly Smith y de Marta, reiniciando su aventura americana al comienzo de la temporada 2009, para posteriormente jugar para las Chicago Red Stars, acabando regresando a su Brasil natal para jugar por el Sao Jose Esporte Club y acabando en Francia en el PSG, el país donde se disputa la Copa del Mundo, y que actualmente es con quien tiene contrato en vigor hasta el final de la temporada que viene.
A nivel de la Seleção es la jugadora en activo con más presencias en las citas mundialistas, no olvidemos que hasta la fecha se han disputado 8 mundiales femeninos con el de este año. Pues Formiga atención, ha estado presente de forma activa en 7 citas mundialistas, al igual que la japonesa Homare Sawa. Su aventura mundialista se inició en Suecia en el año 1995, donde contaba con tan solo 17 años. Un hecho histórico y seguramente irrepetible en los tiempos modernos hacia los que vamos. A pesar de haber estado presente en tantos mundiales los resultados de su selección no han ido más allá de un subcampeonato en el Mundial de 2007.
A parte de sus presencias mundialistas, Formiga ha estado presente en todos los Juegos Olímpicos desde que el fútbol femenino está presente en el des de 1996, consiguiendo la medalla de plata en los Juegos de 2004, 2008 y 2012. Consiguió colgarse el mismo metal en los Juegos Panamericanos de 2011 y el oro en los de 2003 y 2007. Desde su debut en Suecia ha disputado 167 partidos con la Seleção Brasileira en los que logrado 25 goles, siendo con diferencia la jugadora que más veces ha vestido la amarela, siendo seguida por Cristiane con 135, Marta con 129 y Rosana con 114.
Formiga se ha convertido en la jugadora más veterana en disputar minutos en una cita mundialista. Antes de ella el récord lo ostentaba la americana Christie Rampone que disputó unos minutos en la final que Estados Unidos ganó a Japón en Canadá 2015, contando en aquella fecha con 40 años y 11 días. Es la tercera persona de mayor edad en disputar una cita mundialista, siendo solo superada por Roger Mila, el camerunés que rompió todas las barreras en este sentido siendo además el goleador de mayo edad en un Mundial, y por Faryd Mondragón quien con 43 años ostenta el récord absoluto. El récord que si ostenta y que se antoja difícil de igualar a día de hoy, es el de ser la futbolista más veterana en marcar un gol durante la Copa del Mundo al haber logrado un tanto en la cita mundialista de 2015 en Canadá al contar ese día con 37 años, 3 meses y 6 días. Debemos de recordar que Formiga decidió inicialmente colgar las botas en 2016, si bien acabó volviendo a los terrenos de juego dispuesta a romper todos los récord que se le presentaban a su alcance.
Pero esta mujer, en plena madurez futbolística, sigue siendo la niña tímida de antaño, aquella que huye de los focos mediáticos siempre que puede, aquella que prefiere dejar el protagonismo a sus compañeras más conocidas y mediáticas, en especial su compañera de selección Marta, quien en parte debe sus cinco nominaciones de la FIFA como mejor jugadora, al trabajo infatigable de Formiga, quien es una jugadora de largo recorrido, pero especialmente en liberar de tareas defensivas a sus jugadoras de línea para que estas demuestren y desarrollen su talento técnico. Su trabajo en la contención, esa infatigable e incansable necesidad de ayudar a sus compañeras le trajo consigo ya desde pequeña el apodo de Formiga con el que ha sido conocida mundialmente. Siquiera se dio importancia al convertirse en los Juegos Olímpicos de 2016 en su país natal, en la persona en vestir en más ocasiones la malla amarilla de la Seleção. Desde entonces ese récord lo ha ido aumentando.
Una apuesta, la de volver a la actividad competitiva que parece haber sido la decisión más acertada de la brasileña. No solo goza de la experiencia necesaria para disputar campeonatos de esta envergadura, sino que además parece rejuvenecida y es capaz de explotar al máximo su grandes cualidades futbolísticas. Veremos si se trata solo de una operación de marketing, reconocimiento a los servicios prestado, o realmente es una apuesta de presente por parte del seleccionador brasileño, Vadao, quien en su segunda etapa al frente de la canarinha, no dudó ni un momento en incluirla en la lista definitiva de 23 convocadas para Francia, y es que en boca de su entrenador en la canarinha “No es de este planeta. Por más que la retes para que descanse, ella no hace caso y sigue. No sé de dónde saca esa energía. Es una baiana brava”. Los datos de que se dispone abogan por su presencia, siendo su principal valedor el médico de la Seleção, quien ha manifestado en declaraciones a O Globo “Los datos de Formiga son los de una aleta de 22-25 años. Corre entre 11 y 15 kilómetros por partidos y hace entre 20 y 30 disparos a puerta que superan los 20 km por hora. Ella se ha formado en estos y hace del cuerpo una herramienta perfecta de trabajo”.
Autor: Enric Solé Altarriba
Fotografía: