Tuvo que emigrar a Japón para que se le diera la importancia que tiene al trabajo que había realizado en el Fundación Albacete. Entrenadora de ideas claras con miedo cero tanto para mostrar sus virtudes como para coger un avión e irse a entrenar en una liga de larga tradición militar entre los entrenadores del país, y además para hacerse cargo de un club de reciente creación y del equipo masculino, con un claro objetivo, todo un reto para Mila, como es llevar el club al fútbol profesional.
Con un dinamismo y una frescura de ideas encomiable le ha dado un giro al tradicionalismo japonés mostrándoles otra forma de hacer, otra forma de entender sin perjudicar en nada las tradiciones del país, pero dándoles una forma diferente de ver y entender el fútbol, ni mejor ni peor, pero con el sello inconfundible del buen hacer de Mila.
¿Qué te llevó a ser entrenadora y acabar en Japón entrenando masculino en un país con tradiciones muy diferentes?
Empecé a entrenador un poco de casualidad, cuando jugaba necesitaba ganar algo de dinero y empecé a entrenar niños, después a un equipo de niñas que teníamos en el Albacete, después al filial del Fundación y finalmente por circunstancias de una temporada en la que decidieron prescindir del entrenador del primer equipo me ofrecieron la oportunidad de hacerme cargo del equipo. Estuve tres años y como directora de cantera, pero después de trece temporadas vinculada en diferentes equipos al Albacete decidieron hacer un cambio y prescindir de mí. En ese momento no me llegó ninguna oferta y me puse a buscar y mandar currículums, incluyendo a Yuri y fue por ella como llegué a Japón. Buscaban a una entrenadora para un equipo masculino y le preguntaron si ella conocía a alguna entrenadora y como nos conocíamos me ofreció ponerme en contacto con ellos y así fue como acabé fichando.
¿Por qué crees que buscaban que fuera una entrenadora y no un entrenador el que cogiera las riendas del equipo?
Es un club muy nuevo, lo compraron hace cuatro temporadas y el objetivo es llegar a Liga Profesional y les gusta mucho llamar la atención. El año pasado me llamaron a mí y este año por ejemplo le han cambiado el nombre al club, y consiguen que se hable del equipo. Al principio había muchas dudas, yo incluida al respecto del reto que tenía por delante, pero a las pocas semanas de entrenar y ver tanto ellos como yo cómo me desenvolvía me han dejado trabajar al cien por cien a mi manera y todo muy bien.
¿Cómo encajas en un país muy tradicionalista, sobre todo en el papel más secundario de la mujer en el mundo del deporte masculino?
Quizás esa necesidad de llamar la atención, me ha permitido no tener ningún incidente relacionado con el hecho de ser mujer. Les llama la atención y les sorprendía hasta el punto de sentir mucha curiosidad. El jerarquismo establecido también es cierto que me ha venido bien en muchos aspectos, porque ese respeto absoluto que tiene hacia la figura de quien manda, como en este caso el entrenador permite que ningún jugador te discuta o se te encare.
Creo que esta jerarquización al principio ayuda porque es algo que les atrae por la curiosidad, pero luego al ser tan diferente a lo que han tenido ellos, porque según ellos ir a un entreno es un poco como ir al ejército, esa cercanía que tienes con ellos y que a mí me sale son cosas que ese detallismo les sorprende y lo que hace que te vayas integrando cada vez más a pesar del problema del idioma. Ahora ya con la forma de entrenar y de ser me he adaptado muy bien a ellos y ellos también a mí.
En el club intentan ser muy cercanos al aficionado, y además es que tenemos una afición muy fiel, no hemos ido a ningún partido por muy lejos que sea el desplazamiento siendo menos de veinte seguidores. El Presidente es un personaje, el año pasado hizo una barbacoa en un partido y se puso al frente de la parrilla, pero es que el año anterior compraron un atún gigante y regalaban un trozo a cada aficionado que acudía al partido. Tienen muchos detalles, incluso hacia lo que ellos pueden considerar tradiciones más españolas, como el hecho que hacen churros españoles, aunque dudo el sabor de los mismos.
Cuando te vas al extranjero ¿te hacen sentir más como entrenador profesional?
Claramente sí, llegué al aeropuerto y había una docena de aficionados, que me fueron a recibir, había cámaras de televisión, me dieron un ramo de flores con una bufanda del equipo. En la presentación había inscritos casi treinta medios de comunicación. Es un valor que en España no se da y aquí fue todo muy sencillo porque te ayudan en todos los trámites, te acompañan a todas partes, te cuidan mucho. Lo único complicado es el idioma porque, aunque estoy con ellos todos los días, se me hace imposible poder entenderles.
¿Cómo os comunicáis entre el cuerpo técnico y los jugadores?
Ellos de inglés muy poquito. El entrenamiento lo hago con el intérprete al lado, de hecho, se lo paso el día de antes para que se lo haya mirado un poco y al menos esa parte ya la tenemos hecha. De hecho, el intérprete estuvo un par de años en Galicia, lo que pasa es que de ello ya hace mucho tiempo y para no perder más tiempo del necesario en las traducciones durante los entrenos que pueden provocar muchas interrupciones y perder tiempo efectivo de aquellos, lo preparamos antes para que ya de antemano sepa lo que vamos a trabajar y cuál es el mensaje a hacer llegar a los jugadores.
Poco a poco los jugadores alguna palabra en español también aprenden y la verdad es que hemos conseguido una muy buena comunicación y entre un poco por gestos y la combinación de idiomas cada vez van saliendo más cosas.
¿Cuáles son los objetivos del club y cuáles los tuyos a nivel personal?
Nos comunican que solo vamos a jugar una vuelta de esta temporada que son quince partidos, y la idea del club era acabar entre los cinco o seis primeros. Mi objetivo sería conseguir un poco de la regularidad que nos faltó la temporada pasada y que no conseguimos tenerla hasta los últimos diez partidos de la temporada. Porque los primeros veinte partidos, pasábamos de hacer partidos muy buenos, partidos en los que jugábamos muy bien y perdíamos y otros horrorosos, era un poco montaña rusa porque era también un poco ensayo-error. Claro la cultura aquí todo diferente, preparar todo en una semana muy bien y la siguiente semana de la misma manera, pero esa semana salía todo horroroso. Tuvimos que coger un poco de todas partes y por suerte hacia finales de temporada parecía que conseguíamos hacerles llegar mejor la información y ya cogían más el concepto de lo que buscábamos y encontramos esa regularidad. Es meter mucho trabajo táctico que es donde más carencias tienen y fue como conseguimos hacer entender lo que quería hacer.
¿Cuál crees tú que puede ser la gran diferencia entre el fútbol español y el japonés?
Creo que ellos están mucho más preparados a nivel físico y técnico y que la diferencia radica en la preparación táctica y la capacidad en la toma de decisiones. Aquí creo que hay saltos tan grandes entre las diferentes categorías que hay jugadores super válidos que te vienen de la Universidad con unas grandes condiciones, pero también con muchas carencias. A nosotros nos ha pasado este año con un central que hemos fichado que engancha al delantero y le sigue allá donde vaya como un perro de presa y me dice claro es que el entrenador del año pasado me decía que es como tenía que defender y actuar. Claro tú le razonas que qué pasa si su delantero deja un balón de cara dejando vendido a su compañero de línea defensiva y te repite que es lo único que le han enseñado y te preguntan sobre cómo deben de actuar, y claro te vienen con tantas carencias que al final dedicas mucho tiempo a la táctica. Pero si no repasas las cosas de forma constante ya no hacen nada de lo que les has enseñado porque vuelven a los conceptos con los que te vienen de base y contantemente tienes que trabajar sobre ello.
A nivel de entrenos yo llegué con el mensaje de que todo iba a ser muy diferente porque ya me habían avisado que allí era todo muy físico, así que les dije que iba a ser todo con balón, que se olvidaran lo de ir en zapatillas y todos con las botas desde el primer momento. Lo llevaron muy bien porque era todo diferente, y solo hay que ver como se adaptaron en el hecho que hasta siete jugadores del año pasado tenían ofertas superiores a la propuesta de renovación pero, cuando supieron que me quedaba un año más fue un motivo para quedarse porque dicen que están muy a gusto que se divierten mucho, que es todo muy dinámico, reírnos y disfrutar un poco, y al final creo que les he dado con la tecla y ya me estoy manejando en cómo llevar la semana y que el fin de semana estén al cien por cien con las ideas de lo que pretendemos como equipo y conseguir esa regularidad de la que hemos hablado.
¿Cómo se vive el fútbol que tú has visto en esta ya más de una temporada que llevas allí?
Aquí el fútbol se vive de forma muy diferente, ellos van a un entretenimiento y es por lo que pagan. Por ejemplo, el año pasado fuimos a Tokio y perdimos 4 a 1, en un partido que tiramos 15 veces entre los tres palos, 10 córners a favor e hicimos todo y más pero el balón no quería entrar, y al acabar el partido donde estuvieron 60 o 70 aficionados nuestros y la gente te decía que se lo habían pasado de maravilla, que estaban super orgullosos. Yo estaba con un cabreo de narices y claro te vienen y te dicen todo eso, y reflexionas y llegas a la conclusión que quizás quienes estemos equivocados seamos el resto que nos lo tomamos demasiado en serio. Los aficionados que son los que podrían criticar y por tanto meterte presión, al final son los que más te apoyan.
No hay muchas pérdidas de tiempo, pitan un penalti en contra y nadie abuchea para desconcentrar, se sorprenden y aplauden cualquier acción diferente, aunque la haga un contrario, ellos van a ver un espectáculo e intentan disfrutar y se lo pasan bien con que hayas muchas ocasiones. En un partido que ganamos en casa 3 a 2 con muchos goles para lo que es habitual aquí y además ganamos con un gol en el 94 y aquel día fue una locura y encantados.
¿Has podido ver algo del fútbol base del país?
Los entrenos de niños que he podido ver son muy tradicionales, posicionados en los conos, unos frente a otros, control y pase pero no les explican nada, ni de posicionamiento, ni de superficie con la que golpear, y ello me lleva a tener la sensación que no hay entrenadores válidos en esas categorías y ello les lleva a esas limitaciones en otras etapas formativas, porque parece que no sean ni entrenadores ni formadores, o al menos lo hacen de forma totalmente diferente a como lo he vivido yo.
Aquí los niños no tienen ligas propias, puedes tenerlos, pero en High School ya solo compiten con su High School y después en la Universidad que es donde juegan al fútbol con lo que la formación corre a cargo de ellas y no de los clubes. Tú los puedes formar un poco como las escuelas de fútbol de los barrios, pero después ya se tienen que ir con los equipos de High School. La Liga Universitaria va por prefecturas, por zonas, claro la de Tokio y Osaka es donde se decide el campeón y hay dos o tres universidades muy fuertes donde hacen muchas pruebas para coger los mejores. De esos equipos todos van a Liga Profesional, Tercera División o a la Liga donde entreno yo donde sí que viene mucho universitario. La verdad es que vienen jugadores muy buenos. Hace cuatro estuvo en esta división un delantero que ahora están en el Vissel Kobe y es internacional absoluto. No hay un scouting en los campos, sino que esperan y cuando despuntan se los llevan, pero no hay esa obsesión por ir a coger los mejores.
Respetan siempre que acabe la liga para tocar jugadores y entrenadores, aunque es cierto que el año pasado nos comentaron de un jugador al que por debajo le llamaban para poder ficharle antes para la temporada siguiente.
¿Dónde te gustaría llegar a nivel profesional?
Si me quedo en Japón me gustaría tener la oportunidad de entrenar un equipo de la Liga Profesional que es muy diferente, ya tienes que tener estadio propio y ya es una liga con mucha más categoría e incluso ya televisada. Pero si me tuviera que ir me gustaría entrenar una selección nacional. Sé que es muy difícil y podría pensarse que quizás aún no esté preparada, pero una vez ya he salido fuera y sintiéndome tan a gusto y ver que he encajado creo que sería una gran oportunidad y si además me acerca a casa aún más.
Es verdad que me he sentido muy cómoda en esta categoría que es donde creo que tengo margen para enseñar, y aun siendo verdad que en una selección top no tengo la experiencia suficiente, en países o selecciones que estén en progresión hacia arriba creo que podría aportar muchas cosas. Mientras pueda seguir viviendo de esto ya me puedo dar más que por satisfecha.
¿La vuelta a España?
Tengo este año de contrato, pero al final yo he ido allí un poco de casualidad y he negociado mi continuidad por mí misma. Creo que el trabajo habla por uno mismo y me toca trabajar duro y hacerme un nombre por aquí y si puedo volver a España pues mucho mejor.
Si me llegara una oferta del fútbol femenino japonés también me lo plantearía como un reto, donde me gustaría entrenar, es parecida a la de los chicos, técnica y físicamente muy bien, aunque tácticamente si algún entrenador les pudiera dar algún toque creo que les permitiría mejorar bastante. A nivel de selección, además que la he ido siguiendo, es verdad que veo que parece un círculo cerrado de las jugadoras que van, siempre las mismas de tres o cuatro equipos y por tanto creo que aquí hay mucho que mejorar y que podría aportar mi granito de arena en ello. Además, hay una propuesta para el 2022 profesionalizar la liga femenina así que tampoco lo descarto.
Si tuviera que volver me decantaría por el femenino porque lo conozco más, es en lo que controlo, si tuviera una buena oportunidad volvería, aunque hay mucha más presión. Pero es una liga que sigo, la veo siempre que puedo y la liga está subiendo de nivel, pero si me ofrecieran un masculino estaría encantada, aunque siendo realista veo muy difícil poder entrenar en Tercera o Segunda B.
¿Está más valorado profesional y económicamente el entrenador español en el extranjero?
Cuando te vas fuera es en unas condiciones que aquí en España no podrías tener. Yo en primera división femenina no llegaba a fin de mes con lo que te pagaban y entonces decides irte fuera porque las condiciones son mucho mejores. Como no estés entre los primeros equipos de Iberdrola e incluso algún caso excepcional de Reto, ha de ser muy difícil poder tener un sueldo que te permita llegar a finales de mes y por tanto dedicarte profesionalmente a ello y por tanto no puede ser tu única actividad para poder vivir.
¿Cómo ves el fútbol femenino en Japón?
En los países asiáticos, que antaño era una potencia mundial, se están quedando atrás respecto de países europeos que están dando un paso adelante en el fútbol femenino como puede ser España, y Japón no va a ser una excepción. Yo que voy siguiendo la liga femenina de aquí te vas dando cuenta que no han evolucionado y tienes los mismos o más problemas que en el fútbol masculino a nivel de forma de trabajar y enseñar.
¿Cómo ves el fútbol femenino tras haberlo vivido desde dentro?
Sí que es verdad que el tema de los entrenadores, los que hemos estado desde hace muchos años ahora estamos más relegados a un segundo plano, porque quizás antes sin la repercusión que tiene ahora el femenino casi nadie quería entrenar y ahora a los que lo hemos cuidado se nos está privando de esa oportunidad y creo que ello perjudica, porque la gente que se ha dedicado tanto que te sientas desplazado cuando lo sientes como algo tuyo y propio, creo que va en contra de avanzar porque quizás no lo cuidarán tanto.
A nivel deportivo, ya hay dinero, comisiones, derechos de formación…, yo lo digo siempre, si de verdad el fútbol femenino no interesa como tanta gente dice, no se pelearían por él ni por todo lo que le rodea, con lo que es evidente que vende, no tanto como el masculino, eso es evidente. Hay muchas cosas buenas del femenino y del masculino que se están mezclando y si no se cuida puede ser que no se avance de la forma positiva que cabría esperar.
Después también creo que las jugadoras jóvenes que van subiendo ahora, el no haber pasado por situaciones tan complicadas como las que han tenido que pasar las jugadoras veteranas, puede llevar a que no valoren tanto lo que están teniendo y lo que van a conseguir porque se les ha allanado el camino, y quizás de vez en cuando algún toque a estas para que se den cuenta, sobre todo para mejorar.
Da la sensación, desde la distancia, que va un poco todo como a volantazos. No se ve un plan concreto y es que los clubes que no pertenecen a ningún masculino quizás no puedan afrontar esta nueva situación y son clubes que han mantenido vivo el fútbol femenino y que con el tiempo pueden acabar desapareciendo.
El fútbol femenino también debería de mejorar a nivel de las jugadoras aprender a ser más consecuente, profesional, saber un poco más como actuar en cada momento, y esto sí que no va a llegar de la noche a la mañana.
¿Qué consejo le daría al entrenador español?
Yo este año he aprendido mucho, así que les diría que corrijan todo, absolutamente todo, que no den nada por hecho. Este año he vivido de la necesidad de incidir constantemente en aspectos tácticos, corregir y aprender del más mínimo detalle. Algo que en España se ve tan básico e intrínseco en los jugadores como es salir defensivamente la línea de cuatro juntos, aquí es un desastre y cada uno sale a lo suyo. Yo tuve que empezar a grabar entrenos para corregir cosas que son super importantes. Que trabajen desde el día uno todo lo que uno quiere que su equipo haga, y sobre todo algo vital que es ser cercanos a los jugadores que son los que te tienen que defender en el campo las ideas que tú les transmites en los entrenos.
Aconsejaría salir fuera como experiencia. Yo he tenido suerte de venir a Japón y ver cómo te respetan y es una experiencia que todo entrenador debería de hacer. Ahora en este confinamiento pienso que si el año que viene no me saliera nada me ha dado que pensar que debería de hacer algo con niñas a nivel de fútbol en países como la India, y si tengo un tiempo me encantaría poder hacerlo.
Autor: Enric Solé Altarriba
Fotografía: Milagros Martínez