El CE Sant Gabriel lo fundan en 1960 un grupo de alumnos del Colegio Sagrado Corazón con inquietudes deportivas y un marcado acento educativo. Las ilusiones de los fundadores crecen paralelas al éxito del Club que aumenta día a día en número de participantes y equipos. Comienza a organizarse un Torneo Internacional, pionero en su época y con más de 40 años de continuidad, al que se añaden viajes cada año de los equipos a distintos países de todo el mundo.
Se consiguen Campeonatos de Catalunya, Sub-Campeonatos de España, se triunfa en Francia, Italia, Suecia, Bélgica, Austria, Estados Unidos, Dinamarca y otros países de todo el mundo. El FC Barcelona se nutre de jugadores gabrielistas tras la firma de un acuerdo de colaboración y, finalmente, se consigue el ascenso con el Juvenil a la máxima categoría: la 1ª División Nacional.
La evolución de la sección
Hay un club en Catalunya que es una fábrica de talentos y de ilusiones, un club donde la falta de recursos no impide que cada fin de semana el fútbol femenino se viva de forma intensa y apasionada y donde la escasez de dinero se suple con esfuerzo, talento y entusiasmo. El CE Sant Gabriel, en el barrio de Sant Adrià del Besós, cuenta con 11 equipos de fútbol femenino, del benjamín al primer equipo y con 150 jugadoras que componen la mayor cantera catalana.
En 1996 el Club funda el CE Sant Gabriel Femenino y vuelve a conseguir Campeonatos de Catalunya y éxitos en diversos Campeonatos en Europa y América, culminando con el ascenso el año 2009 a la máxima categoría: la 1ª División Nacional Femenina.
El 3 de mayo de 2015 supuso un antes y un después en el Club Esportiu Sant Gabriel. La nave dirigida por aquel entonces por Antonio Camacho tocó fondo y el primer equipo gabrielista se despedía de la Liga Iberdrola (por aquel entonces Primera División, sin apellido ni patrocinador) tras cinco exitosas campañas en el escalón nacional más alto.
Desde su año del debut en la campaña 2010 – 2011, la trayectoria del Sangra en la élite ha sido toda una declaración de intenciones para dar guerra e incordiar a más de un equipo. De hecho, se estrenaron por la puerta grande y no solo finalizaron la liga en séptima posición, sino que se colaron en cuartos de final de la Copa de la Reina, eliminando a todo un Levante en la ronda de octavos. Nos entra un poco de morriña echar la vista atrás para recordar los mejores años de la entidad y compararlo con las luces y sombra.
La entidad contó durante varios años con el apoyo de un fuerte patrocinador que permitió al Femenino disputar durante cinco temporadas la Primera División, alcanzando en la 2010-11 la tercera plaza y los cuartos de final de la Copa de la Reina (se perdió ante la Real Sociedad), pero la crisis azotó al club a mediados del 2015 y con ello derivó en un descenso de categoría y la fuga masiva de la mayoría de jugadoras, que obviamente buscaron otros destinos como Barça, Rayo, Atlético o Valencia. Con las chicas que quedaron y el ascenso de varias jugadoras del filial, el ‘Sangra’ ha podido seguir al pie del cañón, aspirando a medio plazo a lograr el retorno a Primera.
La adaptación en el regreso a Segunda no fue camaleónica, ni muchísimo menos. La transición en el Ruiz Casado fue un auténtico dolor de cabeza. Una travesía en la que difícilmente se oía y se pronunciaba la palabra regreso. Un cordero con piel de lobo, podríamos decir. Tres entrenadores en las tres primeras campañas y unas modestas novena, séptima y novena posición en los primeros años. Faltaba regularidad. De hecho, entre los descensos que se han producido en las últimas cinco campañas, el Sant Gabriel ha sido uno de los dos equipos que se han mantenido inmóviles en Nacional, junto al Oiartzun.
El curso 2017 – 2018, con el bloque de la generación del 98 asentado en la categoría, tras un año de aclimatación, maduró y empezó a dar rienda suelta a su potencial. La fórmula de mantener el bloque (Lupe Martínez, Male Martínez, Adriana Manau, Lara Palomino, Laura Chamizo, Alba Sánchez -97- o Carla López, entre otras) y confiar en un hombre de la casa como José González empezó a dar sus frutos, juego y resultados. “Cuando inicié esta etapa con el equipo me encontré a un grupo que necesitaba dar un paso al frente. El club ha confiado mucho en esta generación y se debía explorar el potencial de las jugadoras”, expone el técnico adrianense.
Ese mismo año, el equipo se quedó a las puertas del ascenso a Reto Iberdrola pero la etiqueta de competitividad ya empezaba a definir al grupo, tanto colectiva como individualmente. Un año después, la temporada finalizada, misma filosofía, vestuario y objetivo aunque se volvieron a quedar con la miel en los labios, a merced de un RCD Espanyol B que les privó la posición de playoff.
El 4 de setiembre del 2022, conquistaron la Copa Catalunya tras golear al CF Torelló por 9 a 1 en el Estadi Municipal Sagnier, en El Prat de Llobregat.
La fábrica gabrielista
La afición del ‘Santgra’ está encantada con sus equipos femeninos. Las niñas, desde los 9 años, acuden al club a hacer pruebas y se ‘enganchan’ a este deporte atraídas por el apogeo que se vive en el barrio. Las benjaminas disputan la Liga mixta propia de esta categoría, pero los dos equipos, el Benjamín A y el B, están integrados únicamente por niñas, a diferencia de sus rivales.
Actualmente, los casi 600 jugadores y jugadoras, con más de 1.000 personas de media cada fin de semana accediendo a las instalaciones, continúan persiguiendo el balón en el terreno de juego siguiendo la estela que marcaron hace más de medio siglo los alumnos fundadores.
La anécdota: hubo dos jugadoras de 10 años que jugaban en el equipo Benjamín masculino del ‘Sangra’. Se hace para potenciarlas un poco en el aspecto físico, ya que a estas edades las niñas son más inteligentes, pero los niños tienen más potencial físico y así ellas adquieren ese plus de fuerza. A partir de la categoría Infantil, las Ligas dejan de ser mixtas y se separan. Entonces cada uno sigue su camino en este club fundado en 1960 (la sección Femenina se creó en 1996) y que puede presumir de tener 39 equipos en total, más de 500 jugadores y mil espectadores cada fin de semana.
De sus filas han surgido jugadoras como Paula Nicart, Débora García, Cristina Baudet, Nuria y Pilar Garrote, Judith Fernández, Letti Sevilla, Laura Galcerán, Carla Gómez, Laura Benito, Brenda Pérez, Chini Pizarro, Dori Apolo, Marta Liria «Lilo», Lara Rabal, Marta Campanales, Sara Serna, entre otros nombres destacados. De hecho, el primer equipo femenino del ‘Santgra’ estuvo durante cinco años en la máxima categoría, alcanzando en la 2010-11 la tercera plaza de la Liga y los cuartos de final de la Copa de la Reina.
La crisis afectó al filial
Tras el descenso de Superliga y todo lo que conllevó, hizo que el filial lo liquidaran alegando problemas económicos pero el club pasado un tiempo volvió a contar con un filial. El papel del filial es fundamental para dar transición del juvenil A al primer equipo y para que el salto no fuera tan grande y sirviese como paso intermedio para las futbolistas.
El adiós de Jon Llandrich
En una época de contratos millonarios y estrellas mediáticas, el fútbol despidió a Don Joan Llandrich, el ‘jefe’, un romántico del fútbol modesto, de barrio y de base, que fundó el CE Sant Gabriel en 1960 y que después en 1996 creó la sección femenina hasta convertirla en la mayor cantera de jugadoras de Cataluña. Llandrich fue jugador, entrenador y directivo del club de sus amores hasta que decidió volcarse con una sección femenina que es el orgullo de Sant Adrià y que ya cuenta con doce equipos, desde el benjamín al senior, con un total de 150 jugadoras que configuran una auténtica fábrica de talentos.
La crisis castigó al club, pero Llandrich siempre estuvo ahí para ceder su patrimonio y su tiempo, acompañaba a las jugadoras en coche, ayudaba a los familiares en temas laborales y nunca tenía un ‘no’ para nadie porque era sumamente generoso.
La fuga de jugadoras
Las ex jugadoras del primer equipo del CE Sant Gabriel, equipo que milita en Tercera Federación FUTFEM (anteriormente denominada Primera Nacional FUTFEM) han sacado hoy miércoles un comunicado en sus redes sociales explicando los motivos por los cuales la gran mayoría de las jugadoras, que la temporada pasada ganaron la Copa Catalunya y lograron un tercer puesto en la liga, han decidido desvincularse del Club.
El comunicado emitido por las exjugadoras:
“Con este comunicado, las jugadoras del primer equipo del CE Sant Gabriel, queremos informar de la desagradable y lamentable situación que la directiva del club nos ha hecho pasar. Primero de todo, destacar que a pesar de ser el primer equipo y de competir en Primera Nacional, no hemos recibido ninguna compensación económica en ningún momento de la temporada. Dicho esto, nuestro descontento con la directiva se debe a su mala gestión con el equipo durante toda la temporada al tener que rogarles por algo tan simple como material básico en condiciones como petos y botellas de agua. Cosas que jamás recibimos. Ellos, por el contrario, nos reservaron vuelo de vuelta de Mallorca a las 12 de la noche aun siendo los partidos a las 12 del mediodía o incluso la vuelta a Barcelona en barco a las 12 de la noche.
Las propias jugadoras hemos tenido que poner dinero de nuestro bolsillo para subvencionar ciertos costes de trayectos para los partidos disputados fuera de Catalunya. Y así, la lista podría continuar. Aun sin el apoyo y el interés por parte de la directiva hacia el primer equipo, nosotras hemos defendido los colores y el escudo del club durante toda la temporada, consiguiendo así ganar la Copa Catalunya y logrando un tercer puesto en la liga 22-23.
Viendo que nuestros logros no han servido para mejorar absolutamente nada. Las jugadoras, cada una por su cuenta, decidimos que lo mejor para seguir con la práctica del fútbol era desvincularnos del club y no continuar vistiendo la camiseta del CE Sant Gabriel. Cada jugadora fue avisando a la persona correspondiente con suficiente antelación. Ahora bien, a la que les solicitamos la baja federativa, la directiva nos respondió con silencio. Un silencio que duró aproximadamente dos meses, hasta que un día las jugadoras recibimos un documento PDF donde se nos obligaba a pagar 280 euros para que nos dieran la baja. Eso fue todo lo que recibimos, un documento PDF sin dar ningún tipo de explicación ni desglose o en concepto de qué son esos 280 euros.
Hemos intentado concertar una reunión con la junta directiva en varias ocasiones para poder mediar una solución conjunta lógica y justa, ¿y qué recibimos? Silencio. Hasta la recepción de un nuevo documento donde se nos informaba de tener una supuesta beca, de la cuál nadie nos informó ni se firmó en ningún momento, además de jamás nadie haber firmado ningún tipo de contrato más que la ficha federativa.
Finalmente, después de mucho insistir, se nos comunica el desglose de los 280 euros y, cito textualmente, “Eran 280 la cuota que tenían subvencionada… Como los 80 es lo que el club iba a asumir por su mutualidad y no lo habían devuelto, se les ha restado y entonces son 200”. De nuevo, nos mencionan una subvención que NO sabíamos que teníamos, NO habíamos solicitado ni habíamos firmado.
Una vez más, las jugadoras hemos tenido que poner dinero de nuestro bolsillo, esta vez para poder seguir haciendo lo que nos gusta, jugar al fútbol.
Por último, destacar la falta de profesionalidad laboral y mala praxis por parte de la supuesta Junta Directiva y del Presidente que no han sido capaces de dar la cara y reunirse con las jugadoras para llegar a un acuerdo consensuado o preguntarnos el motivo por el cuál TODO EL PRIMER EQUIPO desea desvincularse del club. Simplemente se han limitado a pedir una cuantía económica mucho más alta que el coste de la ficha.
Atentamente,
Las EX-jugadoras»
Autora: Cristina Sáez
Fotografía: CE Sant Gabriel