Andrea Blázquez ‘Blas’ (Barcelona, 12 de mayo de 1997) supo desde bien pequeña que quería jugar al fútbol, “llevaba años pidiéndoselo a mis padres”. Pese a las reticencias en casa, su insistencia y tenacidad la llevaron a conseguir su objetivo y con 9 años la apuntaron en el equipo de fútbol sala de su colegio. “Mis padres me dijeron que si me gustaba me apuntarían a federado, aunque ellos pensaban que me iba a cansar”. No solo no se cansó sino que le gustó y mucho. De hecho, una temporada después, daba el salto al césped: primero en Sant Boi, su ciudad, donde jugó cuatro temporada (2007-08, 2008-09, 2009-10, 2010-11) y, más tarde, en Sant Joan Despí, donde jugó tres años en las filas formativas del UD Levante las Planas (2011-12, 2012-13, 2013-14). Una vez terminada su etapa formativa, cambió de colores para jugar en Preferente con el primer equipo femenino del CD Fontsanta Fatjó. Hoy, Blas tiene 21 años y acumula a sus espaldas cuatro temporadas en la Preferente Catalana (Fontsanta Fatjó, 2014-15/2018-19; Cerdanyola del Vallès FC, 2016-17/2017-18) y una en Segunda Nacional (Cerdanyola del Vallès FC, 2015-16). Su posición habitual es de zaguera interior, aunque a lo largo de los años ha ido jugando en diferentes ubicaciones del campo: “lateral, carrilero e incluso de extremo o punta en alguna ocasión”.
Como tantas otras jugadoras, no solamente ocupas tu vida con fútbol sino que también estudias, en tu caso un doble grado en Periodismo y Humanidades y eres coordinadora de un casal infantil. ¿Cómo te las apañas para combinar tu vida de estudiante, tu ocio y tu carrera en el fútbol?
En el Cerdanyola me estaba exigiendo mucho: quería ir a todos los entrenos, partidos y eventos. De hecho, yo misma me lo planteo ahora y no sé cómo llegaba a todo. Me marchaba a las siete de la mañana para la universidad e igual no volvía hasta la una de la madrugada. No obstante, lo acabas sacando, incluso con más vida social de la que te esperas. Los estudios los acabas combinando: antes de un partido me iba a la biblioteca más cercana y lo mismo al acabar. Sin embargo, este año he dejado de priorizar tanto el fútbol y, pese a que tenía otras ofertas en la mesa, me fui al Fontsanta donde tengo más tiempo y estoy más cerca de casa.
Pese a no priorizar tanto el fútbol, quizás a largo plazo ¿te has planteado jugar de nuevo en Segunda Nacional?
Sí me lo planteo, creo que no es una categoría donde lo pasaría mal. Me gusta jugar a fútbol y cuanto más alto aspiro, mejor me lo paso. Pero tampoco lo busco, no es una prioridad. Sobretodo por el tiempo y los desplazamientos a otras Comunidades Autónomas. Como te comentaba, ahora no puedo implicarme.
Tú has jugado tanto en Preferente Catalana (cuatro temporadas) como en Segunda Nacional (una temporada). ¿Existe mucha diferencia entre Preferente Catalana y Segunda Nacional?
Existe mucha diferencia de nivel, pero también sucede dentro de la misma Segunda. Hay bastante desigualdad entre los que normalmente están arriba y los están abajo o vienen de categorías inferiores. No obstante, se puede aspirar a mantener la categoría.
Para equiparar el nivel, ¿sería lógico pensar en una hipotética Tercera Nacional o Segunda B Nacional como solución?
Lo que propones es como la creación de la nueva Primera B Nacional. El problema es que están intentando mejorar por un punto en el que no es determinante. Para mi, la opción más viable sería impulsar el fútbol femenino dotando de medios a los clubs. Así, el fútbol femenino no quedaría supeditado a los equipos que pueden permitírselo porque el masculino les va bien. Me explico. Si se hace una Primera B pero no impulsas a los clubs para que puedan fichar, moverse o intentar mantenerse, no se conseguirá una hipotética mejora de nivel.
El mismo año que fichaste por el Cerdanyola, siete jugadoras más lo hacían contigo. Algo parecido pasó este año en Fontsanta. ¿Es normal que en Preferente y Segunda Nacional haya tantas entradas y salidas?
En general sí. Cada vez que he fichado por un equipo me he encontrado con un vestuario muy cambiado. De hecho, en los últimos años, mis equipos han fichado 4, 5 o más jugadoras. En el Cerdanyola, en mi segunda temporada allí se marcharon 10 jugadoras y este año solo se han quedado 3.
¿Por qué crees que ocurre?
Pienso que hay dos razones que pueden explicarlo. Por un lado, el fútbol femenino es un deporte que se rige mucho en el vestuario. Me explico. Que se vaya una o dos jugadoras puede desencadenar la marcha de otras tantas y eso provoca la necesidad de muchos fichajes. De la misma manera, si un club quiere fichar a una buena jugadora, una manera efectiva de conseguirlo será llamando a otra o otras que, por cercanía, puedan facilitar su traslado. Por otro lado, a lo largo del año se pierde a mucha gente. Muchas futbolistas se marchan a otros equipos, dejan el fútbol, etc. No obstante, en los equipos más consolidados esto no ocurre y solo fichan lo justo para suplir las bajas y mejorar los puestos que se deben potenciar.
Con tantos cambios debe ser difícil que haya líderes definidos de la categoría.
Exacto. Si me pongo a analizar las diferentes temporadas que he estado en Preferente suele ocurrir que oscilamos en la clasificación. Por ejemplo, en mi segunda temporada con el Cerdanyola quedamos segundas, pero en la siguiente luchamos por no descender. Lo mismo ocurría en Fontsanta: la temporada pasada luchaban por no descender y al final quedaron por mitad de la tabla, pero esta temporada vamos primeras con un partido menos que las segundas (Levante las Planas). Los fichajes y el entrenador son muy importantes a la hora de definir el rol que jugará cada conjunto en una temporada. Además, los ganadores en Preferente no suelen ser claros porque los equipos tienen muchas etapas diferentes en una misma temporada. Los que en un inicio eran claros favoritos ahora están a mitad de tabla. Nosotras éramos favoritas para estar por la parte media baja y estamos arriba. Toda la liga gira entorno a 8 puntos de diferencia.
Pese a ser candidatas para estar abajo estáis, como has dicho, muy bien posicionadas en el primer puesto con seis victorias, dos empates y un partido menos que las segundas clasificadas.
Fontsanta es un equipo de barrio, humilde. Normalmente no destaca por estar arriba en sus diferentes categorías. Sus equipos tiran mucho de la potencia física: buenas presiones, juego directo y conseguir resultados ajustados, intentando mantener a 0 la portería. El acierto de Fontsanta este año han sido sus fichajes. Pese a haber fichado mucho, el entrenador optó por llamar a un grupo de jugadoras con cierta experiencia juntas. Esto ha jugado a nuestro favor durante el arranque de liga. Aún así, nos quedan los partidos más duros.
No obstante, ¿tú crees que tenéis opciones de conseguir el título de liga?
Claro, ¿por qué no aspirar a ganar la liga? Yo creo que en Navidad se verá un poco qué rol coge cada equipo. Realmente podríamos ganar. Sin embargo, aunque lleguemos con opciones, al final, debemos tener claro que será muy complicado. Seguro que si ganamos será en el último partido jugando contra el líder o contra las últimas y perdiendo (ríe). Hay que tener claro que no lo vamos a ganar todo, porque, como te comentaba, el campeonato va muy a rachas: llegan lesiones, trabajos, bajas y todo influye.
Las idas y venidas además de las bajas de los clubs ¿se podrían paliar con un sueldo fijo?
No todo es el dinero. Las malas condiciones que se viven en algunos clubs hacen mella en las jugadoras. La priorización del masculino, la falta de profesionales como fisioterapeutas y demás, el escaso apoyo en los desplazamientos y los horarios irregulares hacen que la gente se vaya de los equipos. Un poco de reconocimiento también iría bien.
¿Te gustaría vivir del fútbol?
¿A quién no? Sin embargo, acabaría haciendo algo más allá del césped. Por ejemplo, me encanta la escritura, sé que no voy a vivir de ello, pero lo haré igual. Como esta, muchas otras cosas. De todas formas, no creo que tenga las capacidades para vivir holgadamente del fútbol. Igualmente, me planteo vivir del fútbol a nivel periodístico y a nivel externo. En mi caso, el jugar a fútbol no me genera ingresos, pero me abre ciertas puertas.
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