A finales de noviembre, el fútbol femenino español vivía un momento histórico, propiciando un paso más hacía el crecimiento exponencial que se está experimentado en los últimos años. Entrará en vigor, a partir de la temporada 2019-2020, el convenio colectivo donde se regula la relación entre futbolistas y clubes. Este convenio, reconoce los derechos y también los deberes de las futbolistas como cualquier otro trabajador.
Después, de unas largas negociaciones entre los tres sindicatos inmersos a esta negociación (UGT, Futbolistas ON y AFE) llegaron a un acuerdo sobre el ámbito de aplicación del mismo. La AFE apostaba por un convenio donde pudieran adherirse los clubes que quisieran mientras que UGT como Futbolistas ON entendían que tenía que ser un convenio marco aplicable a todos los clubes que participan en la competición. Tanto los actuales como aquellos que puedan ascender en el futuro.
Una vez que se ha dado este importante paso, el siguiente pasa por empezar a diseñar las líneas básicas del convenio con la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino, agrupación que reúne a 14 de los 16 clubes que actualmente participan en la Primera división femenina. Se mantienen actualmente al margen el Fútbol Club Barcelona y el Athletic Club que tendrán que asumir obligatoriamente, una vez que se ha logrado este principio de acuerdo, el convenio que salga de la reunión entre las partes.
Ahora pues el siguiente escenario pasa por empezar a diseñar las líneas maestras del convenio que recaerá sobre David Aganzo, Jesús Barbadilla y Fe Robles por parte de la AFE; la futbolista de Segunda división Raquel Gonzalo en representación de la UGT y la jugadora del Betis Beatriz Parra como miembro de Futbolistas ON.
En los próximos meses será cuando se fijarán cuestiones capitales como el salario mínimo, la jornada mínima de trabajo, regular los períodos vacacionales, el régimen disciplinario que regirá el comportamiento de las mismas, los derechos de formación, etc. Donde serán totalmente imposibles la existencia de las llamadas claúsulas anti embarazo, así como que existan futbolistas sin contrato.
Es un hecho histórico, con una enorme trascendencia y repercusión para el reconocimiento de los derechos de la mujer en su condición de futbolista.
Autora: Cristina Sáez
Fotografía: ACFF