Japón cerró la fase de grupos de un modo brillante, tres partidos, tres victorias. Nueve puntos y a la espera de un nuevo rival para batir. Francia es la otra cara de la moneda, tan solo un punto en su casillero y el billete de vuelta a París esperando en el aeropuerto. Es la competición que no se detiene. A partir de ahora incluso adquirirá más velocidad, las eliminatorias a un único partido se constituye en un modelo más dinámico. No aventuremos, vamos con lo que sucedió entre las niponas y las francesas.
Para comenzar, la manera de afrontar el encuentro era muy distinta, si bien las asiáticas venían de conquistar dos victorias holgadas, con la moral y satisfacción que eso reporta, las europeas se lo jugaban todo, tan solo les valía el triunfo. Tranquilidad frente a necesidad.
El choque fue vigoroso, enérgico. Las jugadoras optaron por solventar la situación del mejor modo posible, con goles. El balón rondó la linea de meta en infinidad de ocasiones. Tan solo hubo dos, pero ¡uys! y ¡requeteuys! muchos más. El tanto japonés puso las cosas todavía más complicadas para Francia, el esfuerzo necesario para llevar el partido a su terreno y sobre todo al resultado apetecible se debía de multiplicar. El balón, pese al ahínco de las francesas, fluía con soltura en las botas japonesas. Los minutos iban cayendo con una precisión dolorosamente suiza. El segundo tanto, postrero y aniquilador, abrió los ojos de las francesas, el sueño había concluido. La realidad, aunque dolorosa, tenía que ser aceptada.
FICHA TÉCNICA
Japón: Uruha, Kokoro, Tokokogo, Nakati, Raika, Kubota (Hiwatari 46´), Miharu (Sayami 86´), Momoko (Yuna 46´), Miyu, Mio y Ai Tsujisani (Hitomi 46´).
Francia: Belhajd, Tara, Boisset, Assa, Taeryne, Fanny (Samba 46, Dumets 81´), Coutel (Belhout 76´), Mendy, Llaigre (Mosard 86´), Calba y Chosseno.
Autor: Emilio Mahugo
Fotografía: FIFA WWC